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Una base de Vilanova que dejó de ser patrimonio del «abuelito»

La Generalitat intenta relanzar la imagen de la instalación tras los años de Carlos Fabra

Los expresidentes de la Generalitat y de la diputación, Francisco Camps y Carlos Fabra, inauguraron poco antes de las elecciones de 2011 el aeropuerto de Castelló a pesar de que no estaba operativo. Los primeros vuelos arrancaron cuatro años después, en septiembre de 2015. En medio, el Consell rescindió el contrato con las empresas a las que se había adjudicado la construcción y la gestión durante 47 años. Abrió un concurso público y concedió la gestión al grupo canadiense de Lavalin (ahora Edeis). Fabra, a pesar de que la diputación contaba con menos de un 1 % de participaciones de Aerocas, buscó previamente otros gestores en estrambóticas operaciones.

Con la entrada del nuevo grupo gestor, el aeropuerto empezó a ver la luz y encaró una fase seria tras una etapa de Carlos Fabra que llevó al aeropuerto a ser la burla de los medios internacionales. El momento culmen del escarnio público se produjo en la inauguración de 2011 cuando Fabra preguntó a su nieto qué le parecía el aeropuerto del «abuelito».

En el estreno de la primera línea, un nuevo Consell había asumido el mando del aeropuerto. Francesc Colomer, que había sido muy crítico con la gestión de Fabra, fue nombrado presidente de Aerocas con el objetivo de reflotar la imagen de la instalación y garantizar su viabilidad futura. Cabe tener en cuenta que la Generalitat, a través de Aerocas, ha de abonar 24 millones a la concesionaria Edeis durante nueve años, en base al acuerdo que impulsó el Ejecutivo del Partido Popular. Ya se han aportado más de 11 millones.

El Consell ha reforzado la presencia de los agentes turísticos y económicos de la provincia en el relanzamiento del aeropuerto y ha encargado a la Universitat Jaume I de Castelló la redacción de un plan estratégico para explorar nuevas vías de negocio.

Además de la parte relacionada con la aviación comercial, el Gobierno valenciano también aspira a convertir el entorno de la instalación de Vilanova en una nueva plataforma logística que redunde en el tejido económico provincial. «Hemos pasado del aeropuerto del abuelito al de todos los ciudadanos», afirmó el jefe del Consell, Ximo Puig, en reiteradas ocasiones. El aeropuerto supera en la actualidad en cifras de pasajeros a una quincena de instalaciones de la red estatal de Aena. Prevé alcanzar los 160.000 visitantes en 2017. Su previsión inicial era rondar los 175.000, pero la última suspensión en otoño-invierno de la línea de Bristol por parte de Ryanair ha trastocado los planes finales. No obstante, en noviembre operará un nuevo destino en Poznan (Polonia).

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