Ninguna droga ni abuso de sustancias es conveniente para la salud física ni mental de las personas, más aún si hablamos de mujeres embarazadas. Muchos son los estudios que demuestran las consecuencias de un abuso de sustancias psicoactivas a corto y a largo plazo, pero no podemos decir lo mismo de los que investigan estas consecuencias a largo plazo en personas cuyas madres consumieron algún tipo de droga durante el embarazo.

En general, el consumo continuado de cualquier droga durante el periodo de gestación está relacionado con partos prematuros, bajo peso al nacer, una formación física y neuronal deficiente e incluso abortos.

El consumo de tabaco produce problemas e infecciones pulmonares en sus bebés, duplica el riesgo de muerte súbita en los primeros meses de vida, es causante de malformaciones genéticas y produce desnutrición al reducir la circulación sanguínea. Al hablar del cannabis, a todas estas afecciones se les suma una inmadurez cerebral que se hace notar en la capacidad atencional, la memoria, la dificultad a la hora de resolver problemas y en las respuestas emocionales.

Cuando el consumo es de cocaína, se ha detectado un Síndrome Neurológico Transitorio de poca gravedad que suele superarse al sexto mes de vida. Los bebés manifiestan mayor irritabilidad y tienden a eliminar la presencia de la cocaína en sangre más lentamente que un adulto.

Muchos fármacos consumidos sin la prescripción médica debida pueden ser perjudiciales para la formación del feto, sobre todo durante el primer trimestre de embarazo, cuando se están formando todos sus órganos, puesto que se le está exponiendo a una dosis de adulto, lo que da lugar a una sobredosis para él. Cuando el abuso es de alcohol se produce en el bebé el conocido Síndrome Alcohólico Fetal, caracterizado por anomalías faciales, menor perímetro craneal, retraso tanto en el crecimiento como en su desarrollo neuronal (dificultades de aprendizaje, de conducta social y relacional, epilepsia) y su desarrollo motor.

Existen bebés que nacen con Síndrome de Abstinencia Neonatal. Sus síntomas dependen del tipo de droga al que hayan estado expuestos, así como a su cantidad y tiempo de exposición.

Estos son: llanto exagerado, fiebre, irritabilidad, respiración acelerada, convulsiones, vómitos, sudoración, temblores, tensión muscular, hiperactividad, diarrea, manchas, dificultades para comer y para dormir.

Todas estas sustancias atraviesan fácilmente la placenta y alcanzan el corriente sanguíneo del bebé de igual modo que a través de la leche materna. De ahí el cuidado que hay que tener en estas delicadas etapas y cómo hay que valorar con el médico la idoneidad del uso de medicamentos.