Encargados de continuar con una de las tradiciones más ancestrales, la Asociación Amigos de las Campanas de Segorbe nació en 1984 con el fin de poner en valor, conservar, preservar y ejecutar los distintos toques manuales que, todavía hoy, se realizan por los campaneros en muchos de los campanarios de catedrales, iglesias o torres de la Comunitat Valenciana.

Unos toques manuales que mantienen los usos y costumbres de las señales y llamadas con las que se convoca o se informa al clero y al pueblo y con los que los campaneros de la localidad de Segorbe, a través del toque en el campanario de la SI Catedral de la ciudad, consiguieron en 2013 la declaración de Bien de Interés Cultural Inmaterial. Un reconocimiento al trabajo bien hecho, gracias fundamentalmente a la labor y la figura del recientemente fallecido Andrés Ibáñez, que por tradición familiar fue, hasta el pasado octubre el presidente de esta asociación y el último de los campaneros oficiales de la Comunitat Valenciana que todavía conservaba el cargo como tal. Con la pérdida de Andrés, explicaba Manolo Plasencia, actual coordinador del grupo de volteo, «además de perder una gran persona perdemos, sin duda, un gran conocedor de la tradición y el funcionamiento de los toques manuales y también al que fue el último de los campaneros de oficio de toda la Comunitat». Y es que, matizaba, «con su pérdida se ha roto con la tradición y la herencia de pasar el oficio de padres a hijos y el cargo de campaneros oficiales en las catedrales».

Así las cosas, la asociación segorbina surgió a iniciativa de Ibáñez después de que «el tema estuviera prácticamente paralizado. Tocaba el sacristán a muertos y poco más. Fue un día del Corpus cuando, de manera espontánea, decidimos subir un grupo a ayudar a Andrés a tocar y, a partir de aquí, empezamos a organizar lo que hoy es la asociación. Hablamos con el cabildo para pedir permiso y, desde entonces, todos los años hemos realizado el calendario litúrgico de toques», explica.

Actualmente, la asociación la conforman 14 personas de las que, hasta octubre, Andrés Ibáñez era el presidente, como vicepresidente está Rafael Magdalena, como secretario Manolo Plasencia y como vocales Martín Soriano y Manolo Cebrián. Un grupo reducido pero que, como el propio Plasencia indica «cualquier persona que tenga interés por ser campanero, quiera aprender y seguir con la tradición, tiene las puertas abiertas, no tiene más que ponerse en contacto con nosotros, subir a ver cómo se hace y poco a poco, ir aprendiendo».

Actividades

Desde la asociación, además de configurar el calendario litúrgico de toques de la Catedral, basados en las fiestas, realizan el mantenimiento y conservación de las campanas y el entorno y velan por la coordinación del reloj. Para ello, aunque no pagan una cuota, realizan loterías con el fin de sacar fondos, reciben una subvención municipal y, si es necesario, solicitan distintas subvenciones a otras entidades públicas o privadas. «En ocasiones incluso hemos tenido que pedir financiación a bancos para realizar algunos arreglos, ya que la disposición de fondos es muy escasa», informaba Plasencia.

Como local de reuniones, los Amigos de las campanas cuentan con la capilla de Santa Bárbara para hacer su asamblea anual y «dependiendo del calendario de volteos o si hay algún problema, ya mantenemos más reuniones». Desde su andadura, muchas son las actividades que han realizado como la restauración de la campana mayor de la Catedral en el 86 y la fundición de tres nuevas campanas en el 89; la organización en 1991 del primer Congreso internacional de Campaneros con motivo de la celebración del bicentenario de la catedral de Segorbe o la restauración y fundición de otras campanas para distintas iglesias, años posteriores. En 2017, la Asociación recibió el premio Archival.

Entre las actividades destaca el congreso internacional en 1991, que fue un punto de inflexión para que más grupos de la Comunitat comenzasen a formarse. Además, gracias a Andrés Ibáñez, el congreso sirvió para plasmar por escrito en las actas qué toque corresponde en las festividades del año litúrgico con las campanas correspondientes. Un documento, comentaba Plasencia, «que nos sirve como base de cara a poder continuar y tener constancia escrita».

En cuanto al futuro de la tradición, desde la Asociación no ven muy claro que haya jóvenes que quieran comprometerse tal como requiere la afición, aunque la declaración de BIC inmaterial y el compromiso adquirido con esto será sin duda, fundamental de cara a que el toque de los campaneros y las campanas de Segorbe continúen sonando en el campanario de la catedral.