¿Por qué ahora? ¿No encontró su sitio con el «president»?

Mi sitio siempre ha sido la universidad. De hecho, en su momento, ya puse como condición para ir en las listas a les Corts poder compaginar mi labor como profesora e investigadora con la actividad política. Y dejé esta última cuando vi que resultaba demasiado complicado poder hacerlo. Soy una persona que no me gusta hacer las cosas a medias.

¿Qué objetivos se plantea para la universidad pública de Castelló?

Me gustaría que se nos identificara como una universidad autoexigente en la mejora continua de la docencia, la investigación y la transmisión del conocimiento. Creo que ser autoexigente te da fuerza moral para exigir lo que te corresponde como universidad dentro del sistema universitario público valenciano. También me gustaría contribuir a hacer de la UJI una universidad abierta al mundo, con proyección internacional, plural e inclusiva, y donde todas las personas que quisieran tuvieran la oportunidad de sumarse a un proyecto participativo y en constante evolución. Finalmente, me gustaría que la sociedad castellonense se sintiera orgullosa de su universidad. Nuestro compromiso social, cultural y lingüístico es incuestionable, y tengo la intención de sumar esfuerzos con todas las instituciones y el tejido empresarial para mejorar el bienestar de nuestro territorio.

¿Cómo gestionaría las «herencias» de Climent? El plurilingüismo y Ciencias de la Salud, principalmente.

Bueno, yo no creo que ningún rector haya dejado «herencias» al nuevo equipo. No ha sido nunca así y no hay razón para que sea diferente. Se trata de ir avanzando, cada equipo ha dado respuestas según el momento que le ha tocado vivir. Si me pregunta por Ciencias de la salud, le diría que es un proyecto con mucho potencial, no solo para la UJI sino también para la sociedad. Ahora bien, queda mucho por hacer y necesita una apuesta decidida, que no puede hacer solo la universidad: hay que consolidar al profesorado, atendiendo a la idiosincrasia que presenta el profesorado clínico; necesitamos establecer alianzas con los hospitales del entorno y con las consellerias de educación y sanidad. No podemos olvidar que es un proyecto no solo para la UJI, es un proyecto que puede mejorar las oportunidades de formación y contribuir al progreso de nuestro territorio. Por eso, es tan importante que se haga una apuesta decida desde todos los ámbitos. En referencia al multilingüismo, en esta legislatura se ha facilitado la acreditación lingüística dentro y fuera de la comunidad universitaria y queda sobre la mesa si las lenguas deben ser un requisito para la obtención del título en la UJI. Es uno de los temas, como también hay otros, sobre el que el actual equipo está trabajando y creo que hay que respetar los tiempos.

¿Es partidaria de fomentar más el uso del valenciano en los estudios universitarios o cree que el valenciano limita la expansión internacional de la UJI?

Las lenguas nunca limitan, son una gran oportunidad para el futuro personal y profesional de las personas. Aquí es donde tenemos que incidir desde la universidad. Me gustaría que la universidad fuera un lugar de oportunidades para que todas las personas pudieran hacer realidad sus ilusiones, teniendo en cuenta las demandas de la sociedad y sus intereses. En este sentido, si queremos formar personas capaces de integrase en un mundo global, hay retos lingüísticos que no podemos olvidar, como tampoco podemos dejar de potenciar nuestra lengua y cultura porque nos enriquece, nos dota de una identidad propia, y favorece la convivencia.

Los miembros del Consell Social todavía no se han renovado, ¿usted apuesta por la renovación de sus miembros? ¿Cree que se tendrían que haber renovado ya?

No es algo que dependa de la universidad. A mí lo que me gustaría es que, independientemente del nombre de las personas, el Consell Social y la universidad trabajaran de la mano. Mi experiencia con el Consell Social, cuando tenía responsabilidades en la Universidad, así fue. Tenemos que sumar esfuerzos, y el Consell Social es clave para dar un nuevo impulso a la UJI. Puede ayudar de muchas formas, con ideas, con captación de recursos, revindicando una mejor financiación, la consolidación de los estudios de salud etc. En definitiva, me gustaría sumar esfuerzos y trabajar conjuntamente en la mejora continua de la institución.

Climent siempre ha lamentado lo difícil que está resultando gestionar económicamente la universidad debido a los recortes. ¿Tiene algún plan económico al respecto?

Así es, ha sido muy difícil y por ese motivo hay que reconocer el esfuerzo y energía que ha dedicado el rector y su equipo a gestionar la universidad. En la parte económica, lo primero que necesitamos es revisar el sistema de financiación. La subvención ordinaria que recibe la UJI es parecida a la de 2006, pero lo más grave es la distribución de la subvención entre el conjunto de las universidades valencianas. Esto para la UJI es muy grave. A fecha de hoy no se han actualizado los criterios de la subvención en función de los servicios que presta cada una de las universidades. El punto de partida para la distribución es lo que se recibía en 2010. En el caso de Jaume I, si no hay cambio, será insostenible.

Climent habla de infrafinanciación mientras que el Consell argumenta que la financiación corresponde a criterios de investigación. ¿Cuál sería su postura?

El rector tiene razón que la UJI está infrafinanciada. Como decía, la UJI no será sostenible si no se cambia el sistema actual de financiación. Por una parte, tenemos la cantidad global destinada a universidades. Aquí se produjo un importante recorte como consecuencia de la crisis, en los ejercicios 2012 y 2013, que no se ha recuperado con la recuperación económica posterior. Por otra parte, hay que revisar el reparto de los fondos destinados a cada universidad. En mi opinión, la financiación debe ir ligada al resultado de medir la actividad y gastos actuales de cada universidad. Esto es importante para que la distribución de recursos públicos sea objetiva, algo que estoy segura todos compartimos. Además, no tenemos un peso en investigación inferior al conjunto del sistema valenciano que justifique la infrafinanciación. Más bien al contrario. En los indicadores utilizados para medir la investigación (publicaciones por número de profesorado, número de citas, participación en proyectos competitivos) la Jaume I está por encima de la media del conjunto de universidades valencianas. No hay duda que somos una universidad con un claro perfil investigador y la relevancia y peso de la actividad investigadora ha aumentado en los últimos diez años. El problema no es considerar la investigación como criterio de financiación, siempre se ha hecho y así debe ser, lo que no es justo es repartir los fondos teniendo en cuenta la actividad docente e investigadora que realizaban las universidades en 2010. Estamos ya en 2017, nuestra actividad ha cambiado mucho, por ejemplo hoy contamos con dos titulaciones más, medicina y enfermería, y con grupos de investigación muy potentes.

¿Le gustaría que fuera durante su mandato cuando se terminara Ciencias de la Salud? ¿Confía en el Consell para ello?

No se trata de quién sea la persona que ocupe el rectorado. Lo importante es el proyecto, no las personas. Lo que me gustaría es tener unos estudios y una facultad de ciencias de la salud de la que todos nos pudiéramos seguir orgullosos. El trabajo que se ha realizado desde la dirección del centro y por parte del profesorado ha sido enorme, pero solo con eso no va a ser suficiente. Hace falta, por tanto la colaboración de todas aquellas entidades que tienen responsabilidad en estas acciones, y muy mal iniciaríamos todo el proceso de consolidación de ciencias de la salud si no lo hiciéramos así.

¿Sabe si va a tener algún rival?

Yo solo puedo hablar de lo que depende de mi voluntad. En ese sentido, comuniqué a la comunidad universitaria que tenía intención de presentarme como candidata a rectora, tras constatar el amplio apoyo que tenía, y las ganas de participar en el proyecto por parte de la comunidad universitaria. Queda tiempo todavía para la presentación de candidaturas y cualquier persona que reúna los requisitos puede presentarse, y está en su derecho a hacerlo.

¿Cómo calificaría la gestión de Climent?

La gestión de Vicent Climent, como la de todos los otros rectores anteriores, merece todo mi respeto y gratitud. Todos los rectores que ha tenido nuestra universidad han deseado lo mejor para ella. Son las circunstancias económicas y sociales las que han marcado las prioridades y limitado alguno de los deseos. Durante el período del rector Climent, hemos vivido fuertes restricciones económicas, pero esto no ha impedido situarnos muy bien en un tema tan importante como es la investigación.

¿Usted sería una rectora continuista o de cambio?

No me gustan los términos continuista o de cambio en el contexto de la universidad o la ciencia. Como ya apuntaba la escolástica medieval, somos enanos a hombros de gigantes, y los gigantes son conocimientos que vamos adquiriendo a lo largo de la historia. En mi opinión, los esfuerzos de los anteriores equipos y sus rectores (Michavila, Suárez, Romero, Toledo y Climent) han ido configurando el gigante en el ahora queremos auparnos para dar un nuevo impulso a la Jaume I. Un impulso que también tendrá que considerar circunstancias sociales y económicas nuevas.