En la época del boom inmobiliario el Gobierno optó por construir dos desaladoras en Moncofa y Orpesa para garantizar el suministro hídrico en los nuevos proyectos urbanísticos al tiempo que descartaba un trasvase del Ebro. Las obras costaron 117 millones de euros. Las propuestas residenciales se quedaron sin ejecutar y los agricultores consideran estas instalaciones insostenibles por el alto precio del agua. Ambas plantas están paralizadas por falta de usuarios y han de operar antes del 31 de marzo de 2019 si no quieren perder la ayuda de 35 millones de euros de la Unión Europea. Los agricultores de Castelló insisten en la necesidad de potenciar otras opciones contra el déficit hídrico, entre otras, la ejecución de una red de miniembalses y la realización de prospecciones en los acuíferos existentes en las comarcas del interior y el litoral.

La Federación de Agricultores y Ganaderos de Castelló (Fepac) presentó en 2015 un decálogo de medidas contra la sequía a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) para que lo incluyera en el plan zonal 2015-2021, pero desde entonces no ha tenido noticias de la entidad pública.

Por ello, insiste en reclamar el impulso de medidas alternativas a las desaladoras. «Mantenemos nuestras dudas respecto a los costes de

las desaladoras para el sector agrario. Es necesario que la Administración defina un proceso antes de dar el suministro», afirma Fepac en su informe.

Desde la sociedad estatal de Acuamed se descarta una apertura inmediata de las desaladoras al no haber demanda. La planificación inicial de la planta de Moncofa apunta su posible apertura en abril de 2018 con un 10 % de producción. Para abril se ve complicado que pueda estar a punto, pero Acuamed está obligada a poner en marcha las dos desaladoras antes de marzo de 2019. La dotación de Moncofa prevé abastecer a esta localidad, Nules, la Vall d´Uixó y Xilxes, mientras la de Orpesa comprende dicho municipio, Cabanes y Benicàssim.

Fepac defiende en su catálogo del Plan Agua una red de balsas-embalses con capacidad de dos hectómetros cúbicos que captaría el agua de avenidas de barrancos, ramblas y ríos. Así, añade la patronal, se conseguiría almacenamiento, la regulación de los torrentes en momentos de gota fría y una recarga de acuíferos subterráneos.

Asimismo, demanda el desarrollo de un plan de estudio de los acuíferos costeros, así como medidas de captación de aguas subterráneas en el interior.

La patronal sectorial también insta a la CHJ a poner fin a «los continuos retrasos en el aprovechamiento del río Mijares, con obras en el pantano de Arenós, y una revisión de los planes de regadíos.

Por otra parte, plantea recuperar la propuesta de trasvase del Ebro entre el canal de Xerta y el pantano de Sitjar.

Cabe tener en cuenta, tal como indica la memoria del nuevo plan conta la sequía de la demarcación del Júcar, que la agricultura acapara el 77 % de la demanda de recursos hídricos en la provincia de Castelló. La mayor parte de regadíos se sitúa en la zona de Mijares-Plana Castelló, con 33.594 hectáreas de los 63.839 existentes en las tres demarcaciones de la provincia de la Confederación Hidrográfica del Júcar. Maestrazgo-Cenia (Baix Maestrat) cuenta con 18.121 hectáreas de regadíos, y Palancia-los Valles, con 12.124, añade el documento de la CHJ.