Al final se sufrió más de la cuenta. Todo lo bonito que se hizo el primer tiempo se vino abajo tras el descanso. Se vino abajo la vistosidad de unos primeros cuarenta y cinco minutos que finalizaron con clara ventaja para el Villarreal B sobre el Olot. Dos goles, el primero de Adrià Dalmau y el segundo de Dani Raba, más otro anulado a Rubén Mesa, le otorgaron una clara y merecida ventaja al filial amarillo. Pudo ser mayor la renta, pero en la segunda parte el que llevó la voz cantante fue el conjunto gerundense. Marcó pronto el 2-1 y luego llegaron las dudas. Ander Cantero salvó el 2-2 en el último minuto.

No hubo tiempo para el debate. Miguel Álvarez salió con toda la artillería. Rubén Mesa y Adrià Dalmau liderando un ataque el que se sumaban efectivos ofensivos como Darío Poveda y Víctor Moya Chuca desde las bandas, por entre líneas el cántabro Dani Raba. El Olot, con su equipo de gala, no pudo ni respirar. A los dos minutos llegó el 1-0 anotado por el hambriento Dalmau, que hizo la pantalla con Rubén Mesa y definió a las mil maravillas ante el arquero Xavier Ginard.

El primer objetivo de desatascar el partido se hizo. El Olot, que pelea por alejarse de las plazas de descenso, ha experimentado una clara mejoría desde la llegada de Raúl Garrido al banquillo. Muy serio, muy ordenado y a la vez muy hermético. Por eso era de vital importancia marcar pronto. Y se hizo. El segundo gol no subió al marcador del Mini porque el asistente cobró fuera de juego del pacense Rubén Mesa (protestado). El invitado de excepción, el cántabro Dani Raba lanzó un tremendo trallazo raso desde la frontal de y el balón acabó besando las mallas del portal del Olot. Era el segundo gol en el minuto 21 que servía en bandeja el triunfo.

En la segunda parte el partido cobró otro cariz porque el Olot se hizo con el control de la situación. El filial no tuvo el balón y eso le incomodó mucho. Después de que Rubén Mesa desperdiciase una buena ocasión para firmar el 3-0, llegó una contra que fue definida a la perfección por Héctor Simón.

Movió ficha el técnico Miguel Álvarez en busca de una reacción de los suyos. Con el paso de los minutos, con el 2-1 y con el balón en posesión de los gerundenses el respetable, la grada, no estaba nada tranquila. El margen de error era mínimo. El susto llegó en el minuto 81 con un saque de esquina a favor del Olot y el cabezazo del lateral Lluis Micaló en el segundo palo que encogió el corazón a los espectadores. Pero más clara fue la del minuto 89. Falta que lanzó Marc Mas y la estirada de Ander Cantero evitó el 2-2.