Castellnovo celebró ayer, como manda la tradición, su emblemática romería hasta la ermita de San Cristóbal para celebrar las fiestas de la Santa Cruz.

Como cada uno de mayo, los castellnoveros vivieron durante la mañana de ayer una de sus tradiciones más arraigadas, esta romería en la que amigos, familias y visitantes no dudan en desplazarse hasta el monte de San Cristóbal para disfrutar de la jornada.

Desde primera hora de la mañana, bien a pie o bien en coche, los vecinos de esta localidad palantina subieron hasta la cima de la montaña con el fin de celebrar esta fiesta con la que se da la bienvenida a la primavera y se bendicen las cosechas. El reparto de cañas con la cinta roja marcó el inicio de la subida para, a la llegada, recibir del ayuntamiento el obsequio de chocolate y vino. A las once, la misa campestre y la bendición de los campos dio lugar a los almuerzos entre amigos. El buen tiempo que acompañó la mañana hizo que, como ya viene siendo una tradición, los asistentes montasen sus mesas y sillas plegables y en compañía disfrutasen del almuerzo para, posteriormente, bajar de nuevo en procesión con la Santa Cruz. Durante el fin de semana, las fiestas comenzaron con el concurso de guiñote y, el domingo, el concurso de paellas y el tardeo de verbena.