Las familias del CEIP Vicent Marçà solo contemplan el traslado de sus hijos e hijas a Penyeta Roja, propiedad de la diputación, como única solución a la actual carencia de un centro educativo adecuado en el barrio Raval-Universitari. Así se lo manifestaron ayer a la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, que se comprometió a mediar ante el presidente de la institución provincial, Javier Moliner, para negociar de manera satisfactoria la reubicación del alumnado.

El gesto de Marco, cuya presencia en la asamblea sorprendió gratamente a muchos familiares, tuvo contrapartida. Así, el AMPA anunció su decisión de suspender el resto de protestas programadas para mayo.

La alcaldesa garantizó que en un plazo de 20 días, aproximadamente, informará sobre el resultado de sus gestiones con Moliner.

En caso de resultar infructuosas, por la inmovilidad del presidente de la diputación, se avanzará con el «plan B», que en estos momentos no se contempla como una opción desde el AMPA: la instalación barracones en el barrio para albergar al alumnado.

Sin embargo, durante el encuentro con Marco, se abordaron ayer dos hipotéticas ubicaciones: en la UJI o junto al edificio del Servef en la avenida l'Alcora, aprovechando el nuevo acceso que supondrá la construcción del puente sobre el río Seco.

Ninguno de esos dos emplazamientos termina de convencer a los familiares, que pelearán hasta el final por el «plan A». Cabe recordar que Penyeta Roja se convertirá en una especie de «escuela comodín» para reubicar a los estudiantes de los colegios de la ciudad que serán rehabilitados, como el CEIP Herrero, Elcano o Maestro Canós. El AMPA del Vicent Marçà reivindica su derecho a beneficiarse de esa medida.