Pregunta: Tres años de Pacte del Grau. ¿Esperaba más de él o ha cumplido sus expectativas?

Respuesta: El Pacte del Grau es un acuerdo de gobernabilidad ambicioso, que se concibió con voluntad de cambio y transformación de la ciudad. Se trata, obviamente, de una tarea compleja que no se puede concretar en un solo mandato. Ahora bien, los principios que marcaron la elaboración del Pacte han estado presentes en todas las decisiones del Gobierno municipal. El porcentaje de cumplimiento de las 400 acciones incluidas en el documento es alto. Muchas ya han sido realizadas y la gran mayoría están ahora en las últimas fases de ejecución. El resultado final se verá en 2019, cuando acabe el mandato y la ciudadanía tendrá entonces la capacidad de decidir si el grado de cumplimiento es satisfactorio o no. Yo soy optimista y creo que la mayoría social percibe el cambio que ha experimentado Castellón.

P: ¿Cambiaría algo del documento viendo con perspectiva cómo ha evolucionado?

R:Cuando un partido político habla desde la oposición no tiene toda la información real sobre el estado de la ciudad. En el caso de Castellón, el anterior gobierno era oscurantista y negaba las peticiones de la oposición sobre la gestión municipal. Ahora, con más conocimiento de la realidad de la ciudad, es cierto que se podría ajustar algún punto muy concreto, pero la verdad es que el Pacte del Grau es un gran acuerdo político que está cambiando muchas cosas, más de las que se perciben a primera vista. Cuando pasen unos años, se observará que es un gran programa de gobierno y que su aplicación dejará huella en Castellón.

P: Estamos en año preelectoral. ¿Cree que será difícil conjugar el pacto con las discrepancias políticas que seguro saldrán los próximos meses?

R: Es normal que con la cercanía de las elecciones, cada partido intente remarcar su singularidad para presentarse ante la ciudadanía con un perfil propio. En mi opinión, es una ambición legítima de todas las fuerzas políticas que no tiene por qué afectar al día a día. En el año de mandato que queda han de concretarse proyectos muy importantes, como la aprobación del Plan General, las inversiones europeas de la estrategia Transforma Castelló, proyectos de reforma urbana que están siendo adjudicados ahora y la tercera reforma fiscal, que supondrá el descenso real y evidente en el recibo del IBI. Debemos anteponer el interés general al electoralismo egoísta y cumplir las tareas que nos quedan, que son muchas.

P: ¿En qué ha cambiado la ciudad desde 2015?

R: Ha cambiado en las formas y en el fondo. El Ayuntamiento ahora es plenamente transparente y la ciudadanía tiene acceso a toda la información de la gestión económica, a la agenda municipal y a las decisiones adoptadas por los diferentes órganos municipales. La relación con la ciudadanía es más fluida y sin el control político que imponía el anterior Gobierno. Pero el gran cambio ha estado en la dinamización social y cultural, en la potenciación de las políticas sociales, en los planes de empleo que han contribuido al descenso del paro, en el recortes de la deuda y la bajada de impuestos, en los planes de infraestructuras que están cambiando la fisonomía urbana, en los nuevos eventos turísticos, en la participación ciudadana permanente en los grandes proyectos de ciudad, en la normalización y racionalización de las contrataciones de las fiestas, en la austeridad de la Alcaldía y del Gobierno municipal€

P: ¿Cree que los ciudadanos perciben un cambio?

R: La percepción es individual. No me atrevo a hablar por boca de toda la ciudad, como suelen hacer PP y C´s. Pero los comentarios que me trasladan las personas con las que me cruzo a diario por la calle son satisfactorios. Algunas esperaban más y nos reprochan que el cambio no sea más profundo y más rápido, pero están satisfechos de la ruptura con las políticas de la derecha; y otras eran escépticas y pensaban que no íbamos a ser capaces de cambiar la ciudad y ahora ven que estamos dando grandes pasos hacia ese nuevo Castellón que queremos.

P: ¿De verdad se ha rescatado a las personas en estos tres años?

R: Solo con el reforzamiento del presupuesto en Bienestar Social, que se ha incrementado en más de un 30% con respecto a 2015, podemos decir que sí hemos ayudado a miles de personas a tener más oportunidades y un mejor bienestar. Es cierto que tenemos el reto de avanzar en políticas de vivienda, porque veníamos de una etapa desastrosa, en las que no se había hecho nada. Estamos impulsando nuevas acciones y proyectos y confío en que los resultados se verán en los próximos meses. Ahora bien, hemos ofrecido ayudas para que ninguna familia se quedara sin vivienda, con soluciones habitacionales dignas.

P: ¿Hay algo que debería haberse ejecutado y que no va a ver la luz?

R: Seguro que habrá cosas que se quedarán en el camino. No tanto porque no haya una voluntad de concretarlas y realizarlas, sino porque hay inercias administrativas que no lo permiten. De todas formas, soy optimista y confío en que en el año que queda puedan llevarse adelante los proyectos más relevantes. En 2019 presentaremos el verdadero balance de gestión y espero que las propuestas no realizadas sean las menos posibles y aquellas que no exigían tanta urgencia.

P: Si la aritmética vuelve a dar opción, ¿reeditarían el pacto, cambiarían sus principios básicos?

R: Es muy aventurado hablar de esas aritméticas y un poco insolente. Dejemos que hable la ciudadanía y decida con su voto. Después del escrutinio de los votos será el momento para hablar de la gobernabilidad. Por supuesto que me gustaría que la confianza ciudadana reforzara la gestión del Gobierno municipal y nos diera una nueva oportunidad para consolidar el cambio. Pero esa decisión no está en nuestra mano.

P: ¿Qué opina de la labor de PP y Ciudadanos en la oposición?

R:He de decir que me ha decepcionado. En el caso del PP, porque después de 24 años de gobierno presumía que tenían un mayor concepto de la ciudad y que su oposición sería más sensata y constructiva, porque venían de la experiencia de gobernar. Lamentablemente, no ha sido así. Con su oposición han demostrado por qué perdieron la confianza de la ciudadanía. Gobernaban tan mal como ahora lo hacen desde el banquillo de la oposición. Solo buscan la crispación y el lío. Creen que pescarán en el río revuelto, pero no se dan cuenta de que Castellón ya no se cree las mentiras de un partido que aún está bajo sospecha. Y Ciudadanos lo que demuestra es una permanente ignorancia de los asuntos municipales y una total desconexión de la realidad de Castellón. Hacen un seguidismo infantil de las salidas de tono del PP y cuando plantean algo en positivo es un corta-pega de iniciativas que les envían desde Barcelona por correo electrónico.

P: ¿Cómo ha tratado el Consell a la ciudad?

R: El trato dado a Castellón por la Generalitat y el Gobierno ha sido bien diferente. El president Puig ha dado preferencia a Castellón: ha saldado la gran parte de la deuda histórica, ha cedido al Ayuntamiento el edificio de los antiguos juzgados de Borrull, ha aprobado el nuevo centro de salud del Raval Universitari, se ha desbloqueado el reparto de la herencia Martell que beneficiará a Castellón y se está impulsando la llegada de nuevas empresas al polígono del Serrallo, que se unirán a la futura estación intermodal de mercancías. Del Gobierno central no podemos decir lo mismo. Las inversiones no son las que Castellón necesita. Si confirmara que la AP-7 será gratuita a partir de 2019, sería lo más destacado que ha hecho por la capital y la provincia en este mandato, pero me temo que la decisión de Rajoy no va a ser esa.