Los vecinos de la zona de pubs y discotecas de la playa de la Fossa de Calp continúan con su particular lucha para poder conciliar el sueño. El botellón, la suciedad, los gritos, discusiones y la música que retruena en sus viviendas desde los portales han convertido los meses de verano de tranquilidad en noches dadas al insomnio.

"A pesar de las reiteradas denuncias al ayuntamiento, se ha ampliado el horario de apertura de la discoteca hasta las 8 de la mañana", criticaba ayer una vecina. Y es que los decibelios emitidos por los establecimientos superan los límites permitidos puesto que la insonorización de los locales no impide que la música llegue hasta los edificios cercanos, según explicaron.

Aún así, los afectados aseguraron que aparte del ruido de las discotecas, se ha convertido en un "problema de contaminación acústica la conducta incívica que provocan las discusiones, los gritos y las peleas" que se concentran en la zona sur de la playa de Levante. Uno de los residentes reprochó que la "Policía Municipal no interviene si no hay peleas y nos remite al ayuntamiento".

Otro de los puntos que preocupan a los vecinos es el botellón que se realiza en la falda del Penyal d'Ifach. Los restos de botellas de plásticos, vidrios, latas y colillas son evidentes en esta ladera del parque natural.