Manel Arcos se licenció en Comunicación Audiovisual, trabajó en medios como Canal 9 o RNE, pero decidió ser su propio jefe y ahora, desde su cargo como funcionario en el ayuntamiento de su ciudad, Oliva, se dedica al periodismo de investigación. Se ha especializado en el bandolerismo valenciano del siglo XIX.

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¿Qué va a encontrarse el lector en "Acabaren com Camot"?

Es un trabajo de investigación histórica sobre un fenómeno de violencia social que se manifestó en el siglo XIX, el bandolerismo. Se investigan los tiempos de Fernando VII y la antigua gobernación de Xàtiva, que incluía 75 municipios de lo que hoy son las comarcas de la Costera, la Vall d'Albaida, la Ribera Alta, la Safor y la Valldigna.

¿Cómo es un bandolero?

Es aquel hombre que se resiste a obedecer, un súbdito que se rebela. El Estado marca unas normas y él las viola. Vivían al margen de la ley. En los 20 años del reinado de Fernando VII, que yo he analizado, se ejecutaron en la gobernación de Xàtiva a 390 jóvenes, el 75% de los cuales eran bandoleros. Un descubrimiento del libro es que una parte de ellos fueron ejecutados en sus pueblos y no en Valencia, como se pensaba.

¿Cómo nació este fenómeno?

No nace de la nada, ya había robos en la época de los romanos; después de la expulsión de los moriscos también hubo mucha violencia, pero para hacerse con el poder local. Fue evolucionando. España, al finalizar la Guerra del francés, era un país caótico, no se podía controlar el uso de todas las armas y muchos miembros del ejército se habían quedado sin enemigo.

Los bandoleros se rebelaban contra el orden establecido del antiguo régimen, ¿eran liberales?

Es difícil hacer conexiones entre la política y el bandolerismo, hay liberales amigos de bandoleros, pero son casos aislados. También hay distintos tipos de bandoleros: los secuestradores, ladrones, asaltadores sólo de casas de gente rica y, al final, pistoleros. Había bandoleros que dificilmente se podían juntar con otros.

En Otos hay una placa que se refiere a un bandolero local, el "Gatet" en los términos "temut i estimat", ¿eran populares estos personajes?

El fenómeno del bandolerismo se ve como mito y realidad. En el XIX no eran ni simpáticos ni bondadosos, eran hombres de carne y hueso extremadamente violentos. Choca que sobre ellos se hayan construido leyendas positivas. Siempre gozaron de la complicidad de las clases populares, porque éstas no han perdonado nunca al Estado sus formas de represión.

¿Quiénes serían los más célebres en nuestras comarcas?

Camot es el más mítico, por lo de la frase hechaÉ en la Costera los más importantes son Cuet, Micalet Mas y Galima; en la Canal, el Xato de Chella; y en la Vall, Gatetd'Otos.

¿Por qué desapareció?

El bandolerismo de finales del XIX está instrumentalizado por el poder, acaba con el Xato de Chella ya en el XX, porque la riqueza está mejor repartida, la población tiene más acceso a derechos, no sufre tanta hambreÉque era en el siglo XIX, una lucha entre ricos y pobres.

¿A qué fenómeno actual se podría equiparar el bandolerismo?

El bandolerismo ha evolucionado y ahora en España no tendría nada que ver con la violencia, serían los indignados que se manifiestan pacíficamente en las plazas, un fenómeno de rebeldía contra el poder. Aunque si miramos a escala mundial, cuando desapareció llevaba camino de ser lo que hoy es la mafia siciliana.