Los días de vino y rosas del picudo rojo podrían tener fecha de caducidad. En los últimos años, la plaga procedente del sudeste asiático, que en los últimos años ha acabado con la vida de más de 20.000 palmeras en toda la C. Valenciana, y pese a que muchos han sido los remedios para combatirlo, ninguno hasta el momento se había mostrado capaz de parar los pies a un insecto que apenas mide tres centrímetros de largo. Aplicar ondas electromagnéticas sobre las palmeras para desinfectarlas viene a ser la última, innovadora y definitiva técnica que ayer se puso en marcha en Canals por primera vez.

Decenas de curiosos pudieron comprobar la aniquilación en directo de todos y cada uno de los insectos que poblaban la copa de una de las 50 palmeras infectadas de la localidad, después de que la tecnología en cuestión aplicara sobre la planta un intensivo tratamiento a temperaturas que sobrepasan los 70 grados y que condenan al insecto a morir por hipertermia. El dispositivo funciona a control remoto y es guiado por los operarios de la empresa valenciana Ecopalm, pionera en el desarollo de un tratamiento que ha demostrado ser el más beligerante adversario del picudo en países gravemente afectados por la plaga, como Italia, Grecia, Turquía o Emiratos Árabes. El dispositivo, de apariencia futurista, consiste en una especie de cúpula que se abre hasta rodear la parte alta de la palmera, como si de un asfixiante abrazo se tratara.

A muy poca distancia de Canals, donde la empresa ha desplegado su campo de pruebas, las palmeras de Xàtiva resisten a duras penas un insecto que causa estragos. Pese a los múltiples "remedios" empleados, las autoridades no han podido poner fin a su acción destructora. "Llevamos más de un año tratando biológicamente la plaga con procedimientos que la atenúan un poco, pero que no llegan a acabar con ella". Son las palabras desesperadas del regidor de Medio Ambiente de Canals, a quien se le iluminan los ojos comprobando la "efectividad 100%" del tratamiento por microondas.