En tiempos de dura crisis económica también es posible encontrar gestos altruistas. Incluso entre aquellos que contribuyeron a crearla. Uno de ellos acaba de ocurrir en l’Alcúdia. El ayuntamiento ha recibido la cesión de 25 viviendas que son propiedad de un constructor afincado en Madrid para que las destine a alojamiento de personas o familias que se queden en la calle como consecuencia de un desahucio.

Los 25 pisos que el consistorio tiene desde ahora a su disposición fueron construidos durante la época de la burbuja inmobiliaria, pero nunca han sido ocupados. La gestión la ha realizado el ayuntamiento a través de una fundación que se denomina Toda Ayuda, con la que acaba de firmar un convenio. Detrás de esta entidad se encuentra un constructor, Antonio Gimeno, con intereses en al menos una treintena de empresas inmobiliarias, entre ellas el grupo Bigeco, que ha decidido que la promoción de viviendas de l’Alcúdia tenga una utilidad social, según explicaron ayer.

Desde el entorno del constructor, que apadrina la fundación, señalan que se trata de activos que no se rentabilizan y que con el tiempo se deterioran y admitieron que con la situación financiera actual, la promoción, ubicada en la Avenida Salvador Allende, en la zona donde se instala la Fira Gastronòmica, no tiene venta posible a medio plazo, como mínimo antes de diez años.«Por ello preferimos que esté ocupada por personas que de verdad lo necesitan», señaló un portavoz de la fundación, que aseguró que la cesión de las viviendas al Ayuntamiento de l’Alcúdia es un caso único en la provincia de Valencia, aunque han alcanzado un acuerdo similar para otras viviendas con el Ayuntamiento de Vinaròs.

Desde la fundación insistieron en que no hay ánimo de lucro alguno y que se han decidido a dar este paso «por humanidad».

Las viviendas están prácticamente nuevas y disponibles para habitar de forma inmediata, aunque llevan años paradas y por tanto comienzan a deteriorarse.