La alcaldesa de Carcaixent, Lola Botella, pidió el jueves públicamente disculpas por el fiasco que ha supuesto para el municipio la marcha de la Universidad Católica San Vicente Mártir, que ha decidido concentrar desde este curso sus estudios en Alzira tras dejar a medias un aulario que el Ayuntamiento de Carcaixent había financiado por valor de 1,5 millones de euros del Plan Confianza tras un "acuerdo de caballeros" para que la institución dependiente del Arzobispado de Valencia asumiera el resto de la obra. La alcaldesa se atribuyó el error de haber confiado en la palabra dada y explicó ante el pleno todo el proceso desde que en 2005 la Universidad Católica decidiera instalarse en Carcaixent.

La concejal de Units per València (UxV), Ana Calatayud, reclamó la dimisión de Botella y aseguró que si estuviera al frente de una empresa privada ya habría sido despedida.