Carmen Calvo,una vecina de Llíria, se encerró ayer en la Conselleria de Educación, sentada en un banco de uno de los pasillos del edificio, para conseguir que le garanticen que su hijo, Richard Quesadas, va a recibir en el nuevo curso escolar, las 20 horas semanales de clase a domicilio, que asegura que le corresponden por ley. La madre de Richard Quesada, un niño con Síndrome de Down, quiso presentar, antes de ayer, un escrito dirigido a la consellera de Educación, María José Català, para exigirle "su intervención inmediata en el asunto", pero los guardias de seguridad le impideron el acceso al edificio. Fue una funcionaria la que salió al exterior de recinto para cuñarle el escrito, ya que los responsables de Educación temían que se atrincherara en el interior o se declarara en huelga de hambre, como ya había ocurrido en 2008, cuando Carmen Calvo permaneció sin comer como muestra de protesta durante 11 días. La mujer mostró su malestar porque le impidieron presentar por registro el referido escrito aunque "estaba dentro del horario de atención al público".

El problema no es nuevo. Carmen Calvo lleva años luchando por los derechos de su hijo con Síndrome de Down, que tiene, además, problemas pulmonares y cardíacos. Este cuadro médico le impide acudir con regularidad al colegio, por lo que necesita cursar sus estudios en casa cuando sus dolencias se agravan, como le sucede actualmente. La madre demanda, sobre todo, exige que se cumplan las 20 horas semanales de atención domiciliaria y no 12 horas como proponen desde Conselleria. Esta vez, asegura, no parará hasta que el menor "tenga acceso a una educación como cualquier niño, con sus horas lectivas correspondientes y con un comienzo de curso normal, como el resto de niños". La progenitora, exige, además, que Educación reconozca que el alumno es un enfermo crónico y no, simplemente convaleciente, hasta que termine el período de escolarización obligatoria. Así lo demuestran los 3 informes que realizaron los médicos forenses de Llíria y que fueron trasladados y aprobados por la fiscalía. Calvo ha llevado ante la Fiscalía de Menores toda la documentación para que actúe, ya que entiende que no se está cumpliendo la ley ni se va a escolarizar a su hijo como toca. Ayer, al cierre de esta edición seguía en el interior de la Conselleria y tenía previsto dormir en ella, para llamar la atención y conseguir una entrevista con Catalá. Sospechaba que a última hora tendría que deponer su actitud y ser desalojada.