Jesucristo, Kevin Costner y una “sodomita”: de paseo con los guías turísticos de València

La ciudad ofrece planes para públicos muy diversos, desde los directores y actores más famosos de Hollywood hasta la hermana del rey emérito pasando por los aficionados a la tradición sangrienta de la capital del Turia

Un tour de turistas visita la Plaza del Mercat

Un tour de turistas visita la Plaza del Mercat / Miguel Angel Montesinos

Claudio Moreno

Claudio Moreno

Finales de los 60, el régimen franquista busca sacar a España del aislamiento y recurre al folclore de cantaora y torero para atraer a los turistas con el eslogan de “Spain is different”. Año 2024, un ‘artista’ disfrazado de torero atosiga a masas de turistas en la Plaza de la Virgen con un playback de Manolo Escobar y su famoso “Viva España”, que ya es de todo menos diferente. El turismo ha cambiado mucho en el último medio siglo pero no su esencia de tragicomedia, algo que los guías de València testimonian con su experiencia laboral: tienen tantos chascarrillos como críticas a su sector. 

En la Comunitat Valenciana hay unos 1.350 guías turísticos registrados y un número indeterminado de “piratas” que trabajan sin la habilitación reglamentaria. El guía ejerce como freelance y suele servirse de los touroperadores con rutas prefijadas. En València, el trayecto más habitual sale de Torres de Serranos, avanza por calle Caballeros, Mercado Central, Lonja de la Seda, Plaza de la Reina, Catedral y acaba en Plaza de la Virgen. Tres horas de paseo por unos 30-35 euros. 

Ferran Costa tiene 29 años, es historiador y lleva dos años de guía en la capital del Turia. Traía experiencia de Londres, pero aquí es diferente: “Aquí estoy enseñando mi casa”, dice. Sus grupos suelen estar formados por estadounidenses, canadienses, alemanes y neerlandeses, todos ellos encantados con el cauce del Turia, la Iglesia de San Nicolás y el género fresco del Mercado Central. “Yo tiro mucho de la broma. Es como un monólogo. Utilizo mucho a Jaume I para contar la historia de la ciudad y les digo que a cada pregunta me tienen que responder con Jaume I. ¿Quién fundó esta iglesia? Jaume I corean todos. Les hace mucha gracia”. 

Una cola para acceder a la Catedral de València

Una cola para acceder a la Catedral de València / Eduardo Ripoll

Anïs Alapont tiene 38 años, es historiadora del arte y trabaja como guía desde 2017, principalmente con grupos alemanes. En el lado positivo, cuenta, sus turistas sitúan el contraste entre la conservación del casco histórico y la modernidad de la Ciudad de las Artes; en el negativo la ausencia de baños públicos repartidos por la ciudad —hay uno en Plaza de la Reina pero suele estar cerrado—. Y recuerda con cariño una consulta que la dejó flasheada. “Un estadounidense me preguntó: como española del siglo XXI, ¿te sientes más heredera de los romanos, los árabes o los Reyes Católicos?”. 

"Un turista me preguntó si una española del siglo XXI se siente descendiente de los romanos, los árabes o los Reyes Católicos"

Joan Such lleva dos años como presidente de la asociación de Guías Oficiales de la Comunitat Valencia y tiene un discurso crítico sobre la masificación desbocada de cualquier zona mínimamente fotografiable. También contra quienes visitan esta tierra sin ninguna intención de empaparse de su cultura, porque todo su plan consiste en desbarrar. No obstante, en un tono más jocoso, Such recuerda que una compañera polaca estaba explicando la fachada de la Catedral de València cuando un cliente le preguntó: “Pero, ¿quién es Jesucristo?”. 

Jose Ferri es un peso pesado del sector, dirige Valencia Guías y acostumbra a tratar con personalidades de paso por la ciudad. A la madre del rey de Jordania la llevó al museo de Bellas Artes para que descubriera las joyas del Renacimiento. A Pilar de Borbón le hizo gracia ver un cuadro de su hermano en la Capitanía General. A Kevin Costner le hizo un tour por València recibido con absoluta indiferencia —"apenas hubo interacción, ni frío ni calor, no hizo una sola pregunta"— y el año pasado estuvo de prefallas con Guy Ritchie y Jake Gyllenhaal, que entonces rodaban 'El Pacto' en un campo de Novelda. "Se agobiaron bastante por el ruido y la gente. Guy Ritchie quiso saberlo todo: por qué tanto petardo, quién paga las Fallas, por qué las quemamos, etc". 

Selfie en la Plaza de la Virgen

Selfie en la Plaza de la Virgen / Miguel Angel Montesinos

Fuera de los famosos, Ferri guía a viajeros avezados que le piden conocer la “València real», es decir, «barrios como Patraix, Benicalap o Campanar”. Y para inversores norteamericanos ha diseñado una ruta llamada ‘Valencia y los mecenas del siglo XXI’. “Visitamos las intervenciones de empresarios como Juan Roig y de fundaciones como Chirivella Soriano u Hortensia Herrero, con la restauración de los Santos Juanes o San Nicolás. Estos viajeros no entienden tanto lo público en la cultura y para ellos es interesante ver una ciudad dinámica”. Por contra, como experiencia desagradable rememora cuando un turista ruso quiso pescar en la Albufera pagando lo que hiciera falta. “No aceptaba un "no" por respuesta. Obviamente lo rechacé".

En las antípodas de esta oferta propone un plan César Guardeño, experto en Patrimonio y guía de rutas nocturnas vinculadas a la València ‘gore’. “Mi público suele ser valenciano, de proximidad. En Camins Negres partimos desde el antiguo Hospital General de València para hablar de la peste negra y a partir de ahí vamos callejeando en busca de la Casa de las Arrepentidas, lugar de la horca pública; seguimos para encontrar los sitios que frecuentaba algún asesino en serie que tuvimos en la ciudad; más adelante visitamos el gran burdel de València de nombre ‘La Pobla de les Fembres Pecadrius’; y finalmente acudimos al lugar en el que se ejecutaba a las víctimas de la Inquisición y su sede palaciega”. Spoiler: en la parcela del palacio de la Inquisición está la Agencia Valenciana Antifraude.

Tour nocturno con César Guardeño

Tour nocturno con César Guardeño / L-EMV

Otra de las grandes protagonistas de la ruta de Guardeño es Margarida Borrás, la primera transexual ejecutada en València, en cuyo honor luce una placa —desde 2017— en la Plaza del Mercat. Margarida nació como Miquel y perteneció a una familia burguesa bien considerada en la alta sociedad valenciana de mediados del siglo XV. “Fue juzgada por sodomita y condenada a la horca, seguramente por la Cort de Governació o por la Justicia Criminal de la ciudad de València. Sabemos que la torturaron y la humillaron públicamente durante su ajusticiamiento, pues la ahorcaron vestida con camisa de hombre y sin ropa interior para que todo el mundo pudiera ver sus vergüenzas”, concluye el guía. 

El sector hace autocrítica

A principios de abril el Ayuntamiento de València presentó un Decálogo de Buenas Prácticas en el que, entre otras cosas, limita los grupos turísticos a 25 personas. En la asociación de guías turísticos de la C.Valenciana se ve con buenos ojos la recomendación —de momento no es vinculante—, pero Ferri considera que la restricción peca de “utópica” por dos razones: primero, la demanda de guías supera por mucho la oferta disponible. Segundo, los cruceros desembarcan con grupos inmensos y obligarles a contratar a varios guías aumentaría un coste que quizás no quieran asumir. 

Un gran crucero atraca en el puerto de València

Un gran crucero atraca en el puerto de València / Miguel Angel Montesinos

«En todo caso, València no puede asumir que un día lleguen cinco cruceros y desembarquen 12.000 personas que se mueven en el triángulo Plaza de la Reina-Plaza de la Virgen-Plaza del Mercat. Unos cruceristas que además no dejan dinero porque lo tienen todo incluido en el barco. Palma y Barcelona ya los están limitando, y eso hará que más barcos turísticos atraquen en nuestro puerto. Es inadmisible”, opina Ferri.

Por su parte, Ferrán y Anaïs no eluden el problema de la turistificación de los barrios de València y, aunque hay quien les mira mal y llega a responsabilizarles de la explosión de bajos turísticos con pinta de jaulas, entienden la frustración de tanta gente incapaz de acceder a una vivienda digna. La mayoría de los guías turísticos son trabajadores jóvenes atravesados por este drama generacional. Su sector tiene parte de culpa, pero lidian con ello; se dice que menos de cinco contradicciones es dogmatismo. Y más lejos va Joan Such al afirmar que este negocio “se ha vuelto completamente salvaje” y desestacionalizado, como el calor. 

La Ciudad de las Artes y las Ciencias es uno de los grandes reclamos de València

La Ciudad de las Artes y las Ciencias es uno de los grandes reclamos de València / J.M.López

A falta de otra industria que tire de la economía y el empleo, instituciones y empresas afines suelen hablar de “sostenibilidad” y “turismo de calidad” para paliar el colapso. De hecho Visit Valencia designó a los estadounidenses como clientes prioritarios de València. Menos Ryanair, menos balconing, menos sandalia con calcetín en el supermercado del barrio. Tenderle la alfombra roja al turista norteamericano en una reedición de Bienvenido Mister Marshall puede quedarse corto ante un problema mucho más complejo, pero además invita a plantearse de vuelta si en Estados Unidos consideran al español un “turista de calidad”. Mejor no preguntar. 

"Nos están comiendo los guías intrusos"

El presidente de los Guías Oficiales de la Comunitat Valenciana, Joan Such, critica que la manifestación turística "está desaforada", pero al mismo tiempo pone el acento en la falta de control sobre la Ley autonómica de Turismo. "Nos están comiendo los intrusos y los free tours con su competencia desleal. ¿Cómo pueden ofrecer un producto a cero euros?", se pregunta Such. "Necesitamos más control en todos los sentidos. Si un guía está explicando en un lugar protegido y no tiene habilitación, debe venir un inspector y ponerle los 10.000 euros de multa marcados en la norma. Es importante que las visitas las hagan personas con conocimientos verificables". En este sentido, los profesionales consultados lamentan que los pocos recursos de inspección en el sector se destinen al control de los bajos turísticos, otra de las grandes preocupaciones actuales. "Nosotros llevamos más tiempo con el intrusismo pero nunca nos hacen caso. Es tan sencillo como ir a las Torres de Serrano y pedir la habilitación", exigen. Otras voces dentro de la profesión, sin embargo, no lo ven tan preocupante —no somos cirujanos cardíacos— y sugieren dar carta blanca con un mero trámite para atender toda la demanda existente.

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