J. L. G., Valencia

La decisión que se hará oficial hoy y se aprobará previsiblemente el próximo Consejo de Ministros de prolongar el minitrasvase del Ebro de Tarragona hasta Barcelona para asistir temporalmente las necesidades de la capital catalana ha generado reacciones encontradas en los principales sindicatos agrarios valencianos. Cristóbal Aguado, presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), consideró esta situación como "un despropósito" y un "caso de insolidaridad de un estado que ya no es estado". "Un caso de beneficio a unos y de perjuicio para otros", dijo en tono crítico.

El dirigente de AVA insistió en la necesidad de interconectar las cuencas españolas, lo que no quiere decir que el agua esté siempre circulando. Por último, Aguado pidió la salida definitiva de la cuestión hídrica de la agenda política. "Que hablen menos los políticos y más los ingenieros y los expertos en hidrología. La tecnología lo permite todo en el siglo XXI; lo que no da es sensatez a las personas", concluyó.

Por su parte, Josep Botella, secretario general de La Unió, partió de la premisa de que todos los trasvases "son problemáticos y necesitan consenso". "Y en este caso parece que no lo hay", dijo en relación a la postura crítica de la Unió de Pagesos con el minitrasvase a Barcelona. "Ojala viniera agua también al norte de Castelló, que paliaría los problemas de sequía y liberaría más agua del Xúquer". Botella se refiere a la vieja reivindicación del minitrasvase del Ebro a Castelló, defendida ya desde 2004, que preveía llevar agua a las comarcas del norte empleando una infraestructura ya existente.

Pese a todo, Botella reconoce las objeciones que existen hacia esa obra, por lo que se muestra partidario de llegar a cualquier situación desde el consenso. "Como sindicato nunca nos oponemos a ningún trasvase, pero pedimos consenso", explicó el dirigente.