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El Juzgado de Instrucción número 2 de Quart de Poblet acordó ayer el ingreso en prisión provisional y sin fianza de Julio Alberto Poch, piloto de origen argentino detenido anteayer en el aeropuerto de Manises por su presunta participación en los vuelos de la muerte de la dictadura argentina. El piloto, que trabajaba en la actualidad como comandante de avión para la aerolínea comercial holandesa Transavia.com, fue arrestado durante una escala de 40 minutos en Manises antes de regresar a Amsterdam a los mandos de un avión de pasajeros.

Tras prestar declaración ante la juez, el piloto de origen argentino y nacionalidad holandesa fue trasladado ayer a la cárcel de Picassent. El Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional será el encargado de tramitar el expediente de extradición que han solicitado las autoridades argentinas. De hecho, a Julio Alberto Poch se le imputa en cuatro procesos penales que investigan hechos acaecidos entre 1976 y 1983 en Argentina en los que hubo más de mil víctimas, según la policía. En aquella época, Poch era teniente de fragata y aviador naval en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada, la mayor cárcel clandestina instalada durante la dictadura.

La detención de este prófugo de la justicia argentina se produjo tras arduas pesquisas del Grupo de Localización de Fugitivos de la policía española, con la colaboración de agentes de la Comunitat Valenciana e informaciones procedentes de la Agencia Tributaria. Tras confirmar algunos datos a través de Interpol, la investigación policial averiguó que Julio Alberto Poch pilotaba con relativa frecuencia el vuelo Schipol-Manises-Schipol para la compañía aérea Transavia.com.

De este modo, la policía nacional preparó la captura llevada a cabo el martes por la tarde, poco después de que el avión pilotado por Poch aterrizase sobre la pista de Manises. Hasta tal punto estaba dispuesto el operativo policial que se había previsto un nuevo comandante con antelación para que pilotase el vuelo, que salió con retraso.

Por otro lado, el Gobierno de Argentina elogió ayer el "empeño y la diligencia" de la justicia del país, y alabó la colaboración de Holanda y España para lograr la captura.