La Guardia Civil considera a Juan Cano como la persona que pagó el dinero por el asesinato de Alejandro Ponsoda, según consta en las diligencias de investigación a las que ha tenido acceso este diario. Cano está en prisión como presunto autor intelectual del crimen, junto a otras seis personas, y tuvo que dimitir del cargo de alcalde de Polop tras su arresto, aunque mantiene el acta de concejal. Los otros detenidos son los tres presuntos ejecutores, dos de los responsables del club de alterne y un empresario de Polop. Ponsoda fue tiroteado al llegar a su casa el 19 de octubre de 2007. Desde el principio se barajó que se trataba de un crimen por encargo.

La investigación se ha desarrollado durante los dos últimos años por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil y, según fuentes cercanas al caso, se encuentra ya en sus últimas fases. De hecho, el secreto del sumario se levantó la semana pasada por orden de la titular del juzgado de la Vila joiosa, María Antonia Raedo, que ha llevado la investigación.

La hipótesis se basa en la declaración de un testigo protegido que identificó al alcalde como una de las personas que habría estado planificando en un club de alterne de Finestrat la muerte de Alejandro Ponsoda. La declaración de este testigo y la buena relación que Cano tenía con los responsables del club son los indicios que llevan a los agentes a concluir que el pago se hizo en el club. En la primera declaración que hizo este testigo, señaló que Cano hablaba de que todavía faltaban 30.000 euros correspondientes al tercer plago por el crimen. El personal del club ha confirmado que Cano era cliente habitual del establecimiento y que tenía una relación muy estrecha con los propietarios, con quienes conversaba cada vez que visitaba el local.

Según la documentación a la que ha tenido acceso este diario, el testigo protegido no identificó en ningún momento a Juan Cano como alcalde de Polop, ni como una persona vinculada con la política y se lo presentaron como "el director de un banco". El ex alcalde trabajó en la CAM antes de entrar en política, donde fue director de varias sucursales en la comarca de la Marina Baixa. Volvió al banco entre 2003 y 2007, en los años en los que fue relegado del equipo de gobierno municipal. El testigo dio una descripción física de Juan Cano y posteriormente le identificó durante un reconocimiento fotográfico, según los informes de la Benemérita a los que ha tenido acceso este diario.

Como ya publicó ayer este diario, la investigación apunta a que el móvil del crimen obedeció a los anhelos de Cano por llegar a la alcaldía de Polop. Supuestamente Cano había iniciado una campaña de acoso para obligar a Ponsoda a que dimitiera a los pocos meses de las elecciones. Según los informes que constan en el sumario, Cano se valió del carisma de Ponsoda, que encabezaba la lista electoral del PP, para ganar los comicios municipales de 2007 y después intentó forzarle a dejar la política. Sin embargo, Ponsoda se negaba a dimitir alegando que el pueblo le había votado a él.

El Ayuntamiento de Polop trató de salir ayer del paso de las informaciones publicadas ayer por este diario sobre las guerras internas del PP de Polop que refleja la investigación que ha realizado la Guardia Civil. Los ediles Juan Iborra y José Valero señalaron a través de un comunicado que su relación con Ponsoda "fue siempre correcta y jamás tuvimos enfrentamientos personales ni políticos" y el equipo de gobierno expresó su apoyo a los dos ediles. La información se basó en el informe que hizo la Guardia Civil tras tomar declaración a todos los ediles de la corporación municipal tras el asesinato.

El ex alcalde llegó a consultar con un vidente

Alejandro Ponsoda llegó a consultar con un vidente sobre sus problemas con sus compañeros de corporación, según consta en las diligencias policiales instruidas por este caso. El alcalde asesinado llegó a requerir los servicios del médium en tres ocasiones los días 21, 22 y 29 de septiembre de 2007, poco menos de un mes antes de ser asesinado por unos pistoleros.

Los agentes encontraron una tarjeta del vidente entre los efectos personales de Ponsoda y fueron a entrevistarse con él, a fin de poder esbozar líneas de investigación.

El interrogatorio del testigo se celebró el 13 de noviembre de 2007, cuando las investigaciones todavía estaban arrancando, ya apenas había pasado un mes desde el asesinato. Esta persona afirmó que no conocía personalmente al alcalde, pero estaba en posesión de un cuaderno en el que había anotaciones sobre las consultas que le realizó Ponsoda. Entre ellas, les llamó la atención una consulta sobre unos concejales que le estaban creando muchos problemas. El cuaderno daba sus nombres: Juan Cano, Joaquín Montiel y Juan Iborra. Los agentes descartaron la implicación de estos dos últimos en el crimen tras haberles investigado. Detectaron los pagos con la tarjeta de crédito del alcalde por los servicios del vidente. El precio fue de 30 euros por consulta.