El numeroso colectivo de profesores que trabajan en los colegios e institutos educativos públicos de la Comunitat Valenciana -sobre los 55.000 docentes- no dan excesivas razones para ser sancionados. En el periodo comprendido entre 2007 y 2009, la Conselleria de Educación ha incoado un total de 34 expedientes que concluyeron en sanción, por diversos motivos contemplados en el el Reglamento de Régimen Disciplinario de los Funcionarios, como incumplir la jornada de trabajo o la falta de rendimiento.

La duración media de estas sanciones fue de 46,7 días de suspensión de funciones, aunque hubo quien estuvo diez días hasta alguno con 18 meses.

Fuentes oficiales de la conselleria explicaron ayer a Levante-EMV que desde que se abre un expediente hasta que se pueden adoptar medidas disciplinarias llegan a pasar dos años, como es el caso del ex director del colegio público de Enguera. "Es un procedimiento muy lento" añadieron. Otros se solucionan mucho más rápidos, como el que ha sufrido el responsable del instituto Las Norias Monforte, por un motivo muy distinto, mientras que la mayoría de expedientes se cierra sin mayores consecuencias una vez se ha escuchado a las partes.

La falta grave más reiterada, en la que han incurrido siete profesores, es por inasistencia al puesto laboral, que recoge el artículo 7.21 y que textualmente se refiere al "incumplimiento injustificado de la jornada de trabajo que, acumulado, suponga un mínimo de diez horas al mes". La sanción media es de un mes.

Pero también hay docentes que llegan a estar año y medio apartados de su trabajo. Este es el caso de uno que "incumplió la normativa de obras, contratación y gestión del centro". La falta grave que se le atribuyó fue por "omisión de informes y la adopción de acuerdos manifiestamente ilegales cuando causen perjuicio a la Administración o a los ciudadanos".

Dos profesores fueron sancionados con seis meses de suspensión de funciones. Uno por repartir panfletos a la puerta del centro calificando al director de acosador y un segundo por negarse a asumir los grupos y horarios, tras una licencia po enfermedad.

Otros seis profesores han realizado una "grave falta de consideración con los administrados" que estudian en el centro educativo, lo que ha supuesto mes y medio de empleo y sueldo de media.

La grave perturbación del servicio es la que produce las sanciones con más tiempo fuera de servicio -ocho meses- y han sido protagonizadas por dos personas.

En general, los expedientes son por problemas de cumplimiento con el horario o por el trato al resto de miembros de la comunidad escolar. Pero, se dan otras circustancias como la falta injustificada de ausencia o de obediencia a superiores y autoridades. En un caso hubo un "abuso de autoridad en el ejercicio del cargo" y en otros tres se debió a "la grave desconsideración con los superiores, compañeros o subordinados".

La falta de rendimiento que afecte al normal funcionamiento de los servicios y no constituya falta muy grave o el incumplimiento de los plazos de procedimiento en materia de incompatibilidades, cuando no suponga mantenimiento de una situación de incompatibilidad también fue motivo de sanciones a profesores de esta comunidad.

Insultos, amenazas, panfletos y rebeldía

Desde negarse a intervenir en la corrección de las pruebas de evaluación de diagnóstico en un acto de rebeldía (dentro de una campaña sindical contra este sistema) a no impartir las materias del curso ni controlar el aula o repartir cartas, panfletos y manifiestos en contra de los responsables así como consumir alcohol en el centro han sido motivo de sanción disciplinaria.

Dentro del catálogo de hechos, hay un grupo de docentes que insultan o bien a sus compañeros o a sus alumnos. Ha habido expresiones como "rottweiler" o "la más fea del mundo" en boca de un profesor hacia la secretaria del centro, gritos violentos a a un alumno, amenazas a un niño de 2 años que no quería ser fotografiado y golpes con un móvil a otro estudiante.