El nuevo Compromís —integrado por el Bloc, Iniciativa del País Valencià y otros partidos de izquierda— y Esquerra Unida se juegan en el curso político que comienza su permanencia en las Corts. El fantasma del bipartidismo sobrevuela el panorama político de la Comunitat Valenciana, si bien el desencanto en las filas del PSPV podría garantizarles el 5% que ambos precisan para continuar por separado en el parlamento valenciano. Con todo, la izquierda alternativa al PSPV tampoco lo tiene fácil en 2011 a pesar del desgaste que los casos de corrupción puedan acabar produciendo en el PP y las dificultades del socialismo valenciano en ilusionar a su electorado.

La fracasada aventura de concurrir todos juntos a las elecciones hace inviable que una operación de estas características pueda repetirse por lo que la izquierda se presentará esta vez dividida. Los escenarios a los que se enfrentan van desde la desaparición hasta que ambas coaliciones resistan o que sólo uno de ellas lo consiga. Las disputas internas protagonizadas sobre todo al inicio de la legislatura, que incluso han acabado en los tribunales, pueden además pasarles factura entre un electorado que a diferencia del del PP castiga mucho a sus formaciones.

Oposición con nervio

Por separado, el nuevo Compromís tiene a su favor una labor de oposición con nervio que le ha permitido hacerse un hueco en los medios de comunicación. Junto al PSPV, los diputados de Compromís —especialmente la dirigente de Iniciativa Mònica Oltra—ha sabido rentabilizar, a efectos de imagen, el caso Gürtel y los demás escándalos de corrupción que afectan al PP. El Bloc, por su parte, conserva un voto histórico que por sí sólo nunca ha sido suficiente para garantizar el pasaporte al parlamento. Esta vez, sin embargo, vuelve a sumar apoyos, en concreto, los que consigan los seguidores de los escindidos de Esquerra Unida. En su contra juega la ensalada de siglas y la dificultad de consolidar en la Comunitat Valenciana un tercer espacio alternativo al de EU.

La formación que lidera Marga Sanz, por su parte, ha perdido visibilidad al quedar sus diputados en el grupo de los no adscritos. Sin embargo, sigue contando con un suelo de votos y con la ventaja de unas siglas consolidadas.

Por lo pronto, en lo que respecta al inicio del curso político, Compromís podrá rentabilizar la sentencia del Tribunal Constitucional que obliga a las Corts a levantar el veto a iniciativas relacionadas con el contrato de la trama de Correa.