Las Corts han decidido por primera vez renunciar a una parte de su presupuesto -tras años de acumular remanentes sin gastar -los llamados "ahorrillos"- y cedérselo al Consell, aliviando así aunque sea mínimamente la situación de las arcas de la Generalitat. Nada menos que un millón de euros es la cantidad a la que renuncia el Parlamento, que contaba para este ejercicio con un presupuesto de 36,7 millones, lo que supone un "tijeretazo" del 2,7%.

La decisión se enmarca en la rebaja de las retribuciones de los diputados y funcionarios, así como en las subvenciones a los grupos parlamentarios, como consecuencia de las medidas de austeridad para hacer frente a la crisis. Pero, dentro del millón de euros, más de la mitad -unos 550.000 euros- no tienen nada que ver con los recortes salariales de diputados y personal sino que responden a la plazas de plantilla que se presupuestan pero que no están cubiertas, más la parte correspondiente de la Seguridad Social.

La explicación es que la cifra que resultaba de las rebajas salariales y en las ayudas a los grupos políticos quedaba muy lejos de lo anunciado por el PP -que llegó a hablar de un ahorro de un millón de euros sólo por este concepto- o bien que el Ejecutivo, asfixiado por la falta de liquidez, ha "empujado" a la Cámara a ser "solidaria" y dejar de engordar su hucha.

La aplicación de los recortes se trasladó al 1 de septiembre, de forma que refleja sólo cuatro meses y una paga extra. El resultado es que la rebaja en las subvenciones a los grupos ha aportado sólo 41.624 euros mientras la de las asignaciones de los diputados, 190.529 euros. En total, 300.000 euros incluyendo la parte de la Seguridad Social. La cifra no llega ni a un tercio del millón que se "vendió" en junio.