La proyectada venta del solar de las torres de Calatrava, anunciada por el vicepresidente Gerardo Camps, para hacer caja no sólo tendrá su efecto en la economía de la propietaria de los terrenos, la sociedad Ciudad de las Artes y de las Ciencias (Cacsa), sino también en todo un sector público valenciano que, por primera vez, registrará beneficios en 2011. Exactamente un superávit de 36,1 millones de euros, que contrastan con los 327 millones de pérdidas en los presupuestos vigentes. Los 228 millones de superávit previsto en Cacsa condiciona toda la contabilidad de las veinte empresas públicas, que acumulan una deuda conjunta de 10.368 millones de euros.

El volumen de endeudamiento estimado, computando la deuda a largo plazo, a corto plazo y los compromisos y gastos pendientes de ejecutar con acreedores comerciales, experimenta una contención, después de que en las cuentas de 2010 se disparó un 14%. En el presupuesto de 2011, el volumen de créditos crece apenas un 1,14%.

El gasto se estabiliza

La crisis ha obligado al Consell a aplicar recortes de gasto en las empresas, entidades públicas y organismos autónomos, tras el magro adelgazamiento del sector público. En las cuentas del próximo año ya no figuran dos firmas: la Sociedad de Promoción de la Imagen (que adjudicó contratos Gürtel) y Valencian Community Investments (VCI).

El presupuesto consolidado prevé 3.567 millones de gasto, siete millones menos que en 2010. Sin embargo, la comparativa resulta más espectacular si se considera que 408 millones de gasto hay que anotarlos a la Ciudad de las Artes, que en las cuentas de este ejercicio registraba 115 millones y, en el ejercicio de 2009, un gasto de 119. El espectacular dato, que cuadruplica el año anterior, no se corresponde con lo que va a gastar Cacsa en 2011, sino que refleja sobre todo la operación de venta de solares, de ahí el citado superávit de 228 millones. Parte de los fondos ahorrarán al Consell la transferencia anual de recursos, que este año es de 79 millones y para el próximo no hay un euro. Igualmente, figuran 189 millones de aportación del capital social, un dinero que bien podría evitar también al Consell la inyección de fondos.

Descontado el factor Cacsa, la lectura de las cuentas evidencia que al sector público valenciano, al que la Generalitat ha centrifugado buena parte de su gestión de obras y servicios y consiguiente deuda, se le ha mojado un tanto la pólvora de rey. Las empresas especialmente inversoras han reducido claramente su volumen. Ferrocarrils de la Generalitat (FGV), por ejemplo, pasa de 291,7 millones a disponer, en 2011, de sólo197,3. La deuda de FGV se reduce un 5,1% en paralelo a su actividad. La misma dinámica se observa en Construcciones e Infraestructuras Educativas de la Generalitat (Ciegsa), que rebaja 25 millones su presupuesto disponible. Con todo, el endeudamiento de la empresa encargada de construir colegios e institutos se incrementa un 4,8%. El Ente Gestor de la Red de Transportes y Puertos recorta sus gastos casi a la mitad, al pasar de 200 a 118 millones.

Un año más, la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar) gana el campeonato en cuanto a volumen de gasto, por delante de la referida Cacsa (408 millones) y a distancia sideral de FGV (197).

La cuarta parte de los 10.368 millones de deuda del sector público figura en el debe de Ciegsa, que tiene 2.520 millones de euros pendientes de pago a las contratas encargadas de la ejecución de las obras de centros docentes. El Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), con 1.356 millones, ocupa el segundo lugar en cuanto a volumen de deuda. En el caso del IVF crece, además, un 23,7% respecto al endeudamiento de 2010. El ente público RTVV acumula una deuda de 1.126 millones, que si se suman los 110 de Canal 9, convierten al grupo audiovisual de la Generalitat en uno de los principales elementos de desestabilización de las finanzas públicas.

En paralelo a los ajustes en el gasto, las empresas pedirán menos préstamos para endeudarse, ya que la emisión prevista baja un 30%, de 569 a 395,5 millones.

Pérdidas en el emblema del ocio

Los números rojos tiñen, como siempre, la inmensa mayoría de las cuentas de pérdidas y ganancias de las empresas públicas de la Generalitat, aunque Cacsa acaba maquillando el resultado final del cómputo de las veinte empresas públicas de la Generalitat.

La Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana (SPTCV) lidera el desequilibrio entre ingresos y gastos. La firma de ocio, con participación en Terra Mítica y control de la Ciudad de la Luz, presenta 119,4 millones de euros en pérdidas, frente a los 75,9 en las cuentas de 2010. Su deuda se reduce 8,8 puntos por el recorte espectacular en 180 millones de euros de la carga financiera a largo plazo.