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En Calp, la basura se lavaba en casa. Y es literal. El ayuntamiento, cuando Javier Morató, PP, era alcalde, decidió ir por libre en la gestión de los residuos en lugar de integrarse en el consorcio comarcal. La cosa huele mal. En la basura había negocio. Ángel Fenoll, imputado ahora por el caso Brugal, logró hace 12 años el contrato de la basura y facturó a su antojo. El consistorio le dejó hacer. Nadie advirtió que mientras Calp genera 25.000 toneladas de residuos al año, Colsur, la empresa de Fenoll, cobraba el tratamiento de hasta 80.000 Tm. Pero el presunto fraude no era refinado. Supuestamente se pesaba la basura dos o tres veces o se calculaba su peso «a ojo». Pero nadie advirtió los chanchullos. Ahora, tras destaparse el caso Brugal, en el que están implicados tres ediles del PP, que supuestamente recibieron comisiones de Fenoll por consentir la manipulación en el pesaje de residuos, los vecinos esperan explicaciones claras de una presunta estafa millonaria que salió a la luz mientras el gobierno local (Bloc, PP y PSD) pretendía volver a subir el recibo de basura. Algunas explicaciones se darán en los tribunales. Pero no basta. Desde que Levante-EMV sacó a la luz esta trama ha pasado de todo en la política calpina. El alcalde se apresura a sacar sus conclusiones y a culpar al PSPV, estos no aciertan con el discurso y los demás, callan. Sin embargo, algo más habrá que decir ya que el Bloc gobierna gracias a Javier Morató.

La oportunidad de hacer campaña

La disparatada alcaldía de Joaquim Tur tiene un epílogo a la altura. El caso Brugal le ha servido para distanciarse del PP (retiró las competencias de gobierno a los tres ediles populares implicados en la trama) sin que el PP rompa el pacto. Dice que se enteró por Levante-EMV de que la facturación de la basura supuestamente se hinchaba y se puso a indagar por su cuenta. Lo mismo se disfraza de César Borja («o césar o nada», dijo cuando pactó con el PP la moción de censura contra su socio, el PSPV) que de inspector Clouseau. Ha denunciado a Colsur por estafa. Su campaña electoral es la basura. Y ya ha comenzado.

Amortizado pero con sueldo de edil

Morató fue alcalde de Calp 12 años (lleva 16 años de edil) y amenaza con seguir en primera línea política. El caso Brugal lo ha puesto otra vez en el disparadero. La investigación concluye que pudo recibir sobornos de Fenoll por consentir la facturación inflada de la basura. Un día se declara asqueado de la política y al siguiente afirma que quiere volver a ser concejal para defenderse de los escándalos. No admite que es un lastre muy pesado para un PP roto que necesita renovarse de arriba a abajo. No ha explicado nada del contrato que firmó con Fenoll. Nada. Y Tur le mantiene el sueldo de edil.

Una oposición mal enfocada

El PSPV se enredó en extrañas estrategias cuando tenía la alcaldía y no ha escarmentado. Su problema no es que no tenga plan, sino que el plan es alambicado y no lo entienden ni ellos. Su líder, Luis Serna, a quien Tur también intenta a toda costa implicar en el presunto fraude de la basura, todavía tiene crédito para agarrar la bandera de la renovación política. Ese es el Waterloo de los socialistas y no enfrascarse con el alcalde en escarceos dialécticos e insultos. Aclarar la trama de la basura es una obligación. Y el PSPV debe exigir (y dar) todos los días explicaciones.

Implicado en el agua y la basura

El diputado provincial y concejal del PP no se priva de nada. Está imputado por el caso Aguas de Calp (supuestamente se desvió un millón de euros en las obras de la red) y ahora se le relaciona con los supuestos sobornos de la basura. Juan Roselló se lo toma con calma. Como si fuera su sino. Tampoco ha dado ninguna explicación pública. Igual que Morató, pone cara de sorprendido cuando se le habla del supuesto fraude en el pesaje de los residuos. Parece que le preocupe más que, ya destituido como concejal de Turismo, no podrá organizar la próxima participación de Calp en Fitur.

El conseguidor de contratos públicos

El cuñado de Juan Roselló también está en todas las sopas. Imputado por el caso Aguas de Calp, ahora su nombre se relaciona también con el escándalo de la basura. Fue quien gestionó el contrato del tratamiento de residuos con el empresario Ángel Fenoll, según ha revelado éste último. Ese mismo papel le reservan los investigadores de la trama Brugal. Supuestamente actuó de intermediario y recibió, por ello, comisiones. La única relación de Artacho con el Ayuntamiento de Calp es que es cuñado de Roselló. Ese parentesco parece que le sirvió para ejercer de «conseguidor» de contratos públicos.

El único capaz de marcharse

Ha aparecido implicado, sin que nadie lo esperara, en el sumario de la trama Brugal. Nunca ha sido protagonista de ningún escándalo pese haber regido la concejalía de Hacienda durante diez años. Y con el lastre económico que alcanzan, ya tiene mérito. Cuando el alcalde anunció el cese fue el primero en poner sus competencias a disposición del primer edil y sólo pidió que se le avisara con antelación para irse. No se lo concedió Tur y sin aviso, lo cesó. Se ha ido del ayuntamiento sin hacer ruido y no continúa oculto tras un sueldo. Se va para aclarar las cuentas a solas con la justicia. Un ejemplo para el resto de concejales del PP.

Pasó de puntillas por el gobierno

La trayectoria de este abogado calpino es silenciosa pero significativa. No es la primera vez que acude a los tribunales, y no sólo como abogado. El año pasado fue juzgado por un extraño tema relativo a un supuesto enriquecimiento en la compra-venta de unos terrenos de Calp en los que también participó un familiar. Con todo en contra en la sala, el resultado sorprendió y salió libre de pecado. Ahora, vuelve a aparecer en una trama vinculada a sus escasos cuatro años de gobierno en Calp. Abogado de profesión, ya consiguió sentar como testigos a medio ejecutivo calpino. Ahora, está a la espera de una citación para declarar.

Ve y calla el fraude del pesaje

El edil del PSD Antonio Romera es la sombra del alcalde. Estuvo con él en el pacto con el PSPV. Y colaboró en rescatar al turbio PP de Morató y Roselló. Pero durante todo el mandato no ha soltado la concejalía de Tratamiento de Residuos. Y ya tiene delito (en sentido coloquial) que el presunto fraude haya pasado ante sus ojos sin advertirlo. Romera sabía que los residuos reales que genera Calp eran 25.000 Tm al año. Pero las facturas de Colsur engordadas con supuestas toneladas falsas de basura no le llamaron la atención. Como poco, se le puede reprochar que ha fallado como responsable de Residuos.