Las habituales calmas de enero se han retrasado este año a febrero y, con el anticiclón de los últimos días, han hecho mucho más llamativo un fenómeno que se repite cada año. Ayer y sobre todo el jueves el nivel del mar había bajado en la costa valenciana entre 30 centímetros y medio metro. A los pescadores no les pasó desapercebido que el mar "se ha retirado" este año unos centímetros más de lo habitual.

Un pescador de caña que en la mañana de ayer se hallaba en el litoral rocoso de les Bassetes de Benissa comentó que el nivel del agua había descendido "medio metro e incluso más". "Ayer (por el jueves) pude caminar por la plataforma marina sin mojarme ni siquiera los pies", dijo.

En la coloración de la piedra tosca se veía claramente que la línea litoral ha cambiado estos días. "No es algo excepcional. Todos los años en enero el mar está mas bajo", comentó el pescador antes citado.

Ese efecto de que las altas presiones del anticiclón "aplastan" el mar, que estos días está tan tranquilo que parece un espejo, también se apreciaba ayer muy bien en el litoral del Muntanyar de Xàbia. Aquí era habitual que en las típicas encalmadas de enero los vecinos del municipio cogiesen erizos de mar (eriçonsbogamarins). Ayer se pudo ver a varias personas "pescando" esos bogamarins con los métodos tradicionales del asta y la corvella.

Precisamente febrero es el último de los tres meses en los que está abierta la veda para las capturas de erizos de mar. Estos pescadores también coincidieron en que el nivel del mar estaba estos días particularmente bajo. Indicaron que se había retirado unos treinta centímetros y que esas condiciones eran ideales para que, en la misma orilla, pudieran coger unos eriçons para almorzar. "Pero esto es el Mediterráneo y aquí no se producen mareas acusadas", precisó uno de estos vecinos.

Este fenómeno de bajamar también se observaba en escolleras y puertos. La línea del agua estaba claramente más baja. Pero, más allá de la curiosidad de este fenómeno y de que permita prácticas como la de pescar en la orilla del litoral rocoso los eriçons, este descenso del nivel del mar no provoca ningún efecto ni en los ecosistemas marinos ni en la navegación. Las bocanas de los puertos y las dársenas tienen calado suficiente para que estas variaciones de marea sólo queden en una anécdota.