A la estafa millonaria en artículos de ortopedia en el hospital General que investiga la Conselleria de Sanidad y en la que hay implicados entre dos y tres establecimientos de Valencia se suma la picaresca que desarrollan los empleados de algunas empresas próximas al centro hospitalario para timar a los usuarios.

La más común, que ayer relataron a Levante-EMV los familiares de varios pacientes, se realiza al hacerles creer que tienen que pagar una cantidad a cambio del artículo que el especialista ha prescrito al enfermo.

En los casos descritos se trata de un corsé que pacientes jóvenes que llevaban encamados mucho tiempo necesitaban para alinear la espalda. La táctica de este nuevo modelo de timadores consiste en presentarse en la habitación con el artículo en la mano y una vez allí, entregar el producto y convencer a los familiares de que tenían que pagar 100 euros a cambio.

Éstos, extrañados de que el propio empleado de la ortopedia fuera el que entregara en persona el producto cuando lo habitual hubiera sido dejarlo en el mostrador del personal sanitario y llevarse el albarán de confirmación de la entrega, se negaron a pagar cantidad alguna a pesar de la insistencia del empleado que insistía e intentaba convencerles de que el producto no estaba financiado en su totalidad por la Seguridad Social.

Los familiares trasladaron sus dudas a los empleados sanitarios quienes indicaron que la faja que les había llevado el trabajador de la ortopedia y por la que les demandaba el pago de 100 euros era financiada al completo por el Sistema Nacional de Salud, luego no había nada que pagar a cambio.

El hecho ocurrió a mediados de febrero en varias habitaciones del hospital General de Valencia.

"Me parece que ha sido una práctica habitual en este hospital y a lo mejor en muchos otros", declaraba uno de los familiares de los pacientes, convencido de que decenas de personas en los centros hospitalarios son víctimas de este tipo de engaños.

Por otra parte, el servicio de inspección de la Conselleria de Sanidad ultima la denuncia que se va a trasladar a la Fiscalía en las próximas horas, en la que se relata que la estafa puede oscila entre un millón y millón y medio de euros. La investigación ha confirmado que los autores falsificaron las firmas de dos jefes de servicio y de una veintena de especialistas, cuños de hospital, robaron datos de las historia clínicas e inventaron pacientes ficticios para facturar artículos que nunca se entregaban.