?

"He pasado una noche horrible y los nervios no me han dejado dormir". A Dolores Chumillas aún le costaba asimilar ayer que podía haber encontrado a la hija que le robaron en una clínica de Bilbao hace 33 años. Recibió las fotos prometidas de Adela cuando era un bebé, aunque quedó decepcionada al verlas. "Pensaba que iban a tener más parecido físico", comentaba su esposo, Antonio. La pareja no quiere hacerse ilusiones, pero aún así no pierde la esperanza.

La calle Ramón y Cajal de la localidad murciana de Alcantarilla, donde vive Dolores, se despertaba ayer alborotada. En una panadería del barrio más antiguo de la ciudad, Joaquina, la hermana de Dolores, y otros vecinos comentan lo que ellos consideran un milagro: "Sólo deseo que sea de verdad su hija y Lola pueda vivir y descansar en paz", comenta Pilar, la regente de la tienda. A su lado se encuentra Juan, quien también comenta el revuelo que había ayer en el barrio y en toda la localidad a cuenta de Dolores Chumillas y la que puede ser su hija. "Queremos que aparezca, y que Lola deje ya de sufrir".

Entra un nuevo cliente a la tienda; Paco es joven, pero aún así también ha oído hablar del caso: "Conozco a Lola", ambos compran en la misma tienda de la esquina. "Sé que lo ha pasado mal".

Durante todo el día, un sinfín de vecinos, curiosos, amigos y familiares han desfilado por casa de Lola y de Joaquina. "Es normal, es una noticia estupenda".