Un total de ocho carreteras valencianas deberían licitarse "de forma prioritaria y a corto plazo" para evitar "dejar cuellos de botella en un itinerario, inaceptables para el usuario y su seguridad vial", según ha trasladado la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana al Ministerio de Fomento. Sería un primer "paquete de autovías" que debería incluirse en el Segundo Protocolo de Carreteras 2011-2020 en el que se incluirían unas 35 actuaciones cuyo coste ascendería a unos 3.200 millones de euros que "deberían abordarse con asignación presupuestaria del Ministerio de Fomento y su empresa Seitt como por colaboración público-privada", señala la entidad presidida por Gregorio Fernández y cuyo gerente es Manuel Miñes.

No se trata de proyectos novedosos sino que la tramitación de todos se arrastra desde hace años. Los contratistas han seleccionado estas ocho actuaciones porque ya cuentan con "proyectos constructivos con información pública favorable o declaración de impacto ambiental ya tramitada".

La ampliación del bypass, la V-30 y la variante de la N-332 a su paso por varias poblaciones de la Safor y la Marina son las actuaciones de mayor calado que reivindica la Cámara de Contratistas como más prioritarias. Sobre la circunvalación de Valencia, los contratistas de obra pública advierten que la autovía "está al borde del colapso y con grandes deficiencias en cuanto a su seguridad vial, fruto de los embotellamientos que padece por los 115.000 vehículos al día que circulan por esta carretera. El 30% son vehículos pesados por lo que los 30.000 camiones al día que usan esta carretera la convierten en el tramo de toda la red española de alta capacidad con mayor número de pesados". Según la Cámara de Contratistas, "el tramo central del bypass, dividido en tres subtramos, ya tiene proyectos de construcción con incorporación de estudios de impacto ambiental y goza del visto bueno de los municipios colindantes de la autovía". Los tramos al sur de la circunvalación ya están casi terminados por lo que "es necesario proseguir en sus tramos central y norte". En el protocolo que finalizó en 2010, el coste de ampliar la circunvalación se calculó en 567 millones de euros, a licitar por concesión. "Su inversión, según diversos estudios de viabilidad en poder del Ministerio de Fomento, le asignan una tasa de retorno de la inversión del 10%", según los contratistas, por lo que consideran "un gran acierto" que la ampliación del bypass se esté proyectando y tramitando con la suficiente flexibilidad y tramitación para que pueda ser acometida por subtramos y sin pausa por la dirección General de Carreteras o por la Seitt".

Sobre la V-30, la consultora Typsa deberá presentar el próximo mes de octubre la propuesta para ampliar esta autovía, construida en los años 60, y cuya modernización tendría un coste mínimo de 125 millones de euros (aunque la Generalitat calculó en 2008 que ascendería a 255 millones). "Es otra actuación que se debe acometer de forma urgente, por partes y sin pausa. Máxime cuando el acceso norte al puerto de Valencia tiene un difícil y largo proceso de gestación por motivos presupuestarios y competenciales", señalan. Por último, también resulta "urgente" a ojos de los contratistas ejecutar las variantes de la N-332 en Oliva, Xeraco, Benissa, los accesos al aeropuerto de Alicante y la conexión con Santa Pola. El túnel de Xirivella, para conectar la A-3 con la V-30, también debería construirse "aprovechando el desmantelamiento del ferrocarril Valencia-Riba-roja".

Un nuevo protocolo con una reserva de inversión de 2.500 millones

Las negociaciones del nuevo protocolo de Carreteras 2011-2020 (el último finalizó en 2010, aunque no se ha ejecutado al completo, sobre todo la parte que correspondía a la Generalitat) se han quedado "en pausa" desde la reunión que mantuvieron el conseller, Mario Flores, con el secretario de Estado de Fomento, Víctor Morlán y la secretaria general de Infraestructuras, Inmaculada Rodríguez-Piñero, el 15 de septiembre de 2010. La Cámara de Contratistas considera que el primer protocolo "ha dado muy buenos resultados, sobre todo porque ha supuesto la inversión de 1.150 millones de euros por parte de Fomento" por lo que "se debería trazar una nueva hoja de ruta que recogiera tanto las actuaciones no realizadas y pendientes del primer protocolo como otras nuevas actuaciones a medio plazo". Para ello, Fomento debería reservar "un montante de 2.500 millones" para la C. Valenciana.