Fue una tormenta atípica, un gigantesco temporal de levante pero acaecido en pleno invierno. Una tempestad en la que murieron 140 marineros -56 frente a las costas valencianas- y que permanecía dormida en la memoria de los municipios afectados. Ahora, gracias al Museo de Historia de Cambrils y al archivo municipal de este municipio, se han podido recuperar datos sobre aquel desgraciado suceso, en una exposición que se podrá ver en el Museo Marítimo de Barcelona hasta el próximo 28 de agosto.

El director del Museo de Historia de Cambrils y comisario, Gerard Martí, justificó el "silencio" que cubrió estos hechos trágicos: "las víctimas eran pescadores y pobres y por eso fueron olvidadas y, de hecho, no existe un registro exacto de víctimas porque no se centralizó la información".

Además de la consulta de archivos y museos locales, los responsables de la muestra han recogido durante años testimonios orales: "hay biznietos que cuentan el relato de lo que pasó aquel día como si hubiera sucedido ayer".

Las consecuencia humanas fueron terribles, recuerda Martí, pues "más allá de las muertes de los pescadores, quedaron unas viudas sin posibilidad de sustento, suicidios por haber perdido a un ser querido, gente que emigró a América para olvidar aquella costa mortal u otros que murieron con 90 años esperando todavía que apareciera por detrás de la puerta su hijo desaparecido".

Barcelona, y en concreto el barrio pesquero de la Barceloneta, fue el más golpeado por el temporal con 28 muertos, seguido por Peníscola (27), Sagunt (22, en su mayoría marineros vascos e italianos de dos buques mercantes), y Cambrils (15 víctimas mortales en una población que tenía entonces 3.000 habitantes).

Buques con hierro de Sagunt

Respecto al reparto de bajas en las investigaciones y en los recortes de prensa de la época los datos son dispares. Eso sí, en el caso de Sagunt, las víctimas mortales se produjeron por el movimiento de buques que transportaban hierro y carbón desde el Camp de Morvedre hacia el norte de España, fundamentalmente.

En el caso de Peníscola se citan barcas de pesca -seis en concreto- que se estrellaron contra las rocas. En Burriana un carguero inglés que se dedicaba al transporte de fruta encalló y murió una persona. Los periódicos de la época, como la Veu de Catalunya, especifican que la tragedia se ciñó "en la costa que va desde Roses -en Girona- hasta más al sur de Alicante".

"Con los marineros iban niños de corta edad que también se ahogaron"

En el barcelonés diario "La Vanguardia" el 6 de febrero de 1911 se habla de 37 muertes en Peníscola (otras fuentes relatan que fueron 27, o 25). Destaca de la descripción del periodista el tono de la crónica que refleja el drama del momento. "La desgracia... que ha causado honda sensación en el pueblo de Peñíscola, es doblemente sensible, pues con los marineros naufragados iban niños de corta edad que se ahogaron también (...) en Tarragona se ahogó también Bautista Febrer, vecino de Benicarló". Muchos de los marineros que llegaron finalmente a tierra, tras naufragar, murieron por hipotermia. Los archivos de la época reflejan que el rey Alfonso XIII, ante la magnitud de la tragedia, hizo un donativo de 2.500 pesetas para las víctimas catalanas y otro para las de Castelló. Los puertos tardaron décadas en recuperar la normalidad. v. x. c. valencia