Unos diez minutos de granizada bastaron ayer para dañar gravemente cientos de hectáreas de viñedo en Requena e incluso vehículos estacionados en las calles. A primera hora de la tarde, tras unos 25 minutos de lluvia y tronadas ininterrumpidas empezaron a caer bolas de hielo de entre dos y siete centímetros de diámetro. Los vientos registrados alcanzaron los 90 kilómetros por hora y la lluvia y el granizo dejaron hasta 19 litros por metro cuadrado.

La tormenta que llegó del noroeste provocó más daños en las fachadas norte y este de los edificios, destrozó las lunas de numerosos vehículos y provocó abolladuras en las carrocerías. Las bolas lejos de ser redondeada, como es habitual en la zona, mostraban perfiles puntiagudos que aumentaron los daños en el arbolado urbano. Pero sin duda la peor parte de la tormenta se lo llevó el campo de viñedo de Requena, en un momento crítico, en pleno proceso de maduración. Según las estimaciones de Luis Javier Navarro, de la Unión de Agricultores, han sido afectadas unas 2.500 hectáreas, de las que entre 500 y 700 han sido dañadas por la piedra al 100%. Es decir que esa extensión queda totalmente fuera de la recolección.

Desde la Unión valoraron entre 7 y 8 millones de euros las pérdidas de estas más de 2.000 hectáreas. «No es sólo la uva perdida, sino los puestos de trabajo y el coste del tratamiento con cobre para cicatrizar la viña», explicó Navarro. Sólo en las más de 500 hectáreas que han sido dañadas al 100%, se empleaban, según el miembro de la comisión ejecutiva de la Unió, «unos 400 o 500 jornales». Del resto de terreno afectado se intentará salvar toda la uva posible, ya que por ejemplo hay alguna sólo dañada al 25%.

Luis Javier Navarro, apuntó que los daños más importantes se concentraron en las pedanías de San Antonio, El Pontón y La Portera.

Segunda granizada en dos meses

Cabe recordar que se trata de la segunda granizada en poco más de dos meses, puesto que en la primera semana de junio las nubes descargaron piedras de hielo durante 10 minutos en el casco urbano. Precisamente, respecto a la zona urbana, hay que remontarse seis años para recordar una granizada de tal intensidad. En aquella ocasión el tamaño de las piedras no alcanzaron en ningún momento el de ayer.