El conseller de Educación, José Císcar, ha vuelto a realizar un gesto que evidencia su clara apuesta por la educación concertada. Si a principios de mes se anunció la cesión de terreno público para construir centros concertados, ayer insistió en las ventajas, en su opinión, de este modelo. Císcar mostró su voluntad por superar el «desequilibrio muy importante» que existe en la Comunitat Valenciana entre centros públicos y centros concertados y afirmó que hablar de «más educación concertada es facilitar a los padres la libertad de elección».

Así lo explica en una entrevista en la que asegura que el cambio al frente de la Generalitat no va a suponer «ningún cambio» en las líneas de trabajo que se habían marcado en este departamento. En este sentido, ratifica que desde el Consell creen «deseable y conveniente un cierto reequilibrio» entre la enseñanza concertada y la pública «porque se da en otras comunidades autónomas y no parece que allí el sistema funcione mal, sino más bien al contrario».

Sostiene que impulsar los conciertos «no implica obligar a nadie» a que vaya a este tipo de centros ni la desaparición de la educación pública, por lo que remarca que será cuando un padre quiera llevar a su hijo a un colegio público y no pueda cuando se tendrán que «encender todas las alarmas».

El conseller rechaza que apostar por esa política educativa suponga trasladar a este ámbito un modelo de titularidad pública y gestión privada que ya existe en sectores como el sanitario, y recuerda que cuando se habla «de un régimen concesional» no implica perder de vista la idea de «servicio público».

En cuanto a la propuesta de ceder suelo público para la construcción de centros concertados, indica que éste es un proceso que está «en fase de estudio».

Por otro lado, Císcar reconoce que el decreto sobre el plurilingüismo, que planteaba sustituir las líneas en valenciano por un sistema trilingüe en el que también tenga cabida el inglés, tendrá que sufrir modificaciones. «Partimos de un borrador de decreto, pero no está aprobado y no es ni inflexible ni inamovible», explica al tiempo que reitera su intención de «hablar» con la comunidad educativa de este tema para que cada uno de sus integrantes les traslade «cómo lo mejoraría». Garantiza que lo que se acuerde será «sin menoscabo de las lenguas oficiales», aunque defiende que la Conselleria no puede obviar que el 83 % de los padres quiere el estudio de una o más lenguas extranjeras el sistema educativo valenciano.