Se encaramó al atril cuando pasaban quince minutos de la una del mediodía, a los gritos de "presidente, presidente" y "tú sí que vales". Alfredo Pérez Rubalcaba visitó ayer Valencia en la víspera del debate televisivo que mantendrá hoy con Mariano Rajoy. Sabe que las encuestas -la última la del CIS- le auguran una derrota clara el 20N. Quizá por ello, ha decidido poner toda la carne en el asador. No se guarda nada.

Tuvo que comenzar su intervención por tres veces -ante los vítores e interrupciones del gentío- y sus primeras palabras tuvieron un destinatario claro: la militancia. El candidato socialista no dudó a la hora de pedir a sus bases de la Comunitat Valenciana -en una Fonteta de Sant Lluís abarrotada- que salieran a la calle "para explicar lo que hemos hecho bien o menos bien y lo que vamos a hacer. Debemos dar explicaciones para cambiar las encuestas. Debemos dar la cara".

Y es que la idea de movilizar a la población fue una constante en la cita. Primero la lanzó Inmaculada Rodríguez-Piñero, Jorge Alarte la mencionó, Felipe González la fundamentó y Rubalcaba la oficializó. Van a ser dos semanas de trabajo duro. Los socialistas no dan el combate por perdido.

Y para batallar con fuerza, Alfredo Pérez Rubalcaba alentó a sus correligionarios valencianos -con alusiones directas a Rodriguez -Piñero y Alarte-, dándoles las gracias por trabajar "en una tierra hostil. Una tierra donde la infección inmobiliaria ha sido más grave. Donde el gobierno local ha perdido el tiempo buscando las facturas de unos trajes cuando la crisis llegaba. Eso es lo grave, lo que dejaron de hacer. Se olvidaron de los ciudadanos y venga a gastar y gastar".

Defensa del valenciano

A su vez, también tuvo tiempo para defender la lengua autóctona -"cuidad el valenciano, es una riqueza impresionante"- y matizó las palabras lanzadas el sábado en Dos Hermanas (Sevilla) donde evaluaba la sanidad valenciana, "comparar autonomías es licito y sirve para ver lo que se hace bien. No hablaba de los profesionales, que se merecen todo el respeto, sino de los gestores".

Tras la radiografía a la C. Valenciana, fue el turno del escenario de las elecciones: el panorama nacional. Rubalcaba realizó una clara confrontación entre la forma de salir de la crisis que encauzará su partido y la que elegirá el PP y argumentó que "nosotros apostaremos por la solidaridad, trabajaremos entre todos. Ellos seguirán la máxima de 'a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga".

Rubalcaba también glosó sus intenciones económicas, "no bajaremos los salarios" y definió a la educación como una "palanca de crecimiento, en la que hay que invertir para ser competitivos en el futuro". La persistencia de una educación y sanidad públicas y dignas fue otro de los ejes de la prédica del candidato. Y para ello evocó los logros de los gobiernos socialistas: "trajimos la educación obligatoria hasta los 16 años, creamos un sistema sanitario público y las pensiones no contributivas. Ahora todo esto está en juego el 20N".

Logros que identificó con la figura de Felipe González, que lo acompañó por segundo día consecutivo y a quien definió como un lujo, "sé que a muchos les pone nerviosos que venga conmigo, pero lo seguira haciendolo y cuanto más nerviosos estén más lo sacaré conmigo".

"¿Yo soy el pasado?"

La alocución del candidato socialista estuvo precedida por la intervención de Felipe González. Con un discurso plagado de humor e ironía, el expresidente encandiló a los presentes y se llevó las mayores salvas de aplausos.Comenzó dirigiendo sus dardos hacia los que cuestionan su participación en la campaña, "dicen que soy el pasado y Rajoy el futuro. Pero veo su cara indolente, con gran capacidad de reposo y me digo: no puede ser cierto". El expresidente del gobierno realizó una amplia reflexión sobre el corredor mediterráneo, "contará con una inversión de 50.000 millones de euros, eso es mucho empleo, y hay protestas por según qué zonas pasará". Quejas que González relacionó con la "poca memoria del PP: mi gobierno presentó el único plan hidrológico serio y no pudo llevarse a cabo por una resistencia feroz. Aznar llegó a decir que no hay que contradecir al buen Dios cuando decide dónde lleve". El político andaluz también se acordó del cambio climático y expresó que "el domingo pasado estuve en Colombia y ví en directo los estragos del fenómeno 'niño'. Algo debe pasar, pese a lo que diga el primo de Rajoy". Otro de los ejes centrales de la actuación de González fue su defensa a la figura de Rubalcaba como candidato. Expuso que "es el mejor candidato, con el mejor proyecto. El único que veo capaz de afrontar la crisis. Su trabajo en cada uno de los ministerios en los que ha estado se ha notado -aunque sea para ver que las muertes en carretera se han reducido un 50%"-, Rajoy ha liderado cinco carteras, ¿Qué se le recuerda?".

El expresidente también apostó por prorrogar los plazos de la hipoteca -para evitar la dación de pago- y por logar un gran pacto laboral con sindicatos y patronal.

Por último, González pidió al electorado que echara un vistazo a la situación de Grecia, Italia o Portugal y apuntó que "a lo mejor el gobierno llegó alguna vez tarde, pero afrontó la crisis de forma muy saneada y ha protagonizado un gasto social mayor que el de otros países".