Los científicos que emplean las cobayas para su experimentación intentan cumplir lo que denominan las tres erres: "minimizar el número cuando se pueda, que sufran lo menos posible y que se obtenga la mayor información" explicó ayer la presidenta del XI Congreso Nacional de la Sociedad Española para las Ciencias del Animal de Laboratorio, Inmaculada Noguera, que se celebra en el Palacio de Congresos de Valencia.

"No serviría de nada una investigación en la que el animal estuviera sufriendo porque si sufre también se modifican los parámetros, los resultados. Para nosotros es muy importante esta cuestión", apuntó Noguera, veterinaria y profesora asociada de la Universitat de València, adscrita a la sección de Producción Animal, en el campus de Burjassot, ante la polémica que suscita.

La organizadora del encuentro, que se realiza cada dos años, expresó a Levante-EMV que "gracias a los animales, la ciencia ha avanzado mucho; sí no fuera por ellos, no estaríamos donde estamos ni habría los tratamientos que hay para un montón de enfermedades ni se conocerían a nivel genético muchas patologías de las que existen".

Dependiendo del estudio, se utilizan unas cobayas u otras, pero lo habitual es el ratón al ser "lo suficientemente pequeño y con una vida media corta" indicó Inmaculada Noguera.

En la Universitat de València, por ejemplo, existen tres animalarios: un acuario con 1.591 peces, que depende del Institut Cavanilles de Biodiversitat y Biologia Evolutiva, en el campus de Paterna; otro en la Facultad de Medicina y un tercero en la de Farmacia.

Entre estos dos hay más de 4.000 ratones, 500 ratas, 20 conejos y dos cerdos al mismo tiempo, además de hámsters y otros.

Los animales de laboratorio están muy controlados para que no existan interferencias porque hay resultados que luego se trasladan a humanos. Los ejemplares se suelen adquirir a multinacionales especializadas y muchos son transgénicos. "Todos están dados de alta legalmente y cumplen unas condiciones medioambientales, de medidas de jaulas, de acceso de personal" matizó la presidenta del congreso.

El limbo de las cobayas del Príncipe Felipe

La integrante del comité de empresa del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, Asunción Montaner, señaló ayer que los jefes de laboratorio están negociando con la empresa qué hacer con los animales que se utilizan en los experimentos y destacó que los investigadores están dispuestos a acudir unos días más para terminar estos trabajos. Para ello, se requiere que la dirección les permita el acceso, comentó.

La gerencia del centro hizo efectivos ayer los despidos a los 114 trabajadores incluidos en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), informó Montaner.

La portavoz explicó que, al principio, la gerencia del centro comenzó a cursar el miércoles los primeros despidos sin cumplir así el acuerdo de preaviso con 48 horas de antelación alcanzado, denunció el comité de empresa, aunque "tras esta queja se paralizaron" y se pospusieron a ayer para cumplir los tiempos del acuerdo. europa press. valencia