La visita de Alfredo Pérez Rubalcaba a Valencia como aspirante a dirigir el PSOE fue, en realidad, el primer acto del congreso del PSPV. Ese enfoque le dio buena parte de los más de trescientos cargos públicos y militantes que ayer abarrotaron el pequeño salón de actos del Jardín Botánico.

Empezando por un Jorge Alarte que movilizó a todos sus seguidores en pleno, consciente de que buena parte de sus opciones de seguir al frente del partido pasan por una victoria de Rubalcaba en Sevilla. Del lado neolermista -cuyo referente, Ximo Puig, se ha volcado con Carmen Chacón- acudieron el propio Joan Lerma, Joan Calabuig o la diputada Carmen Monzón. También el exsecretario general Ignasi Pla.

Su compañero en el Congreso Ciprià Císcar, quien copresentó el manifiesto de los partidarios de Chacón en la sede de UGT-PV, asistió y se sentó en primera fila, al igual que Carmen Alborch. Nadie significativo próximo a Leire Pajín, ni identificado con Francesc Romeu o Manuel Mata -salvo Juan Soto- se dejó ver. Casi todo el grupo parlamentario fue movilizado.

En el escenario, ejercieron de maestros de ceremonias Ángel Luna, la diputada autonómica Clara Tirado y el alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa. Nadie pronunció las palabras Carmen Chacón, pero todos, empezando por Rubalcaba, se encargaron de subrayar los que consideran puntos fuertes del aspirante frente a su competidora y, con sutileza, lanzar algún dardo envenenado contra las supuestas debilidades de la exministra. Rubalcaba apostó, así, por un PSOE con "una sola voz que suene fuerte", que "diga lo mismo en todas partes" y que se "entienda lo que dice". Un partido que recupere un proyecto "que vertebre España". "Una voz del Partido Socialista Obrero Español", fue como una aguja en una sesión de vudú para espantar el fantasma del PSC. La proclama la hizo durante su clase de tres cuartos de hora, impartida en tono pausado, didáctico y rondando en el escenario. Seis pasos a la derecha, vuelta y seis a la izquierda.

Discurso unitario para toda España, "intergeneracional", para "jóvenes y mayores", y para las mayorías."Está bien atender a los excluídos, pero debemos ser un partido de mayorías, dirigirnos a las clases medias", dijo, y hacer una "oposición útil". Que, para él, se medirá por la capacidad de aportar soluciones a la crisis. El candidato apostó por reconstruir el proyecto desde los ayuntamientos, "escuchando a los alcaldes y a los concejales, como hicimos en el 79".

Hizo un reconocimiento a los alcaldes y a las mujeres, apostando por reforzar la secretaría de igualdad -consciente de que Chacón lleva la ventaja de ser mujer- y a los militantes. "Hablamos de dar participación a los simpatizantes y está bien pero quiero reconocer el trabajo de los militantes, los que pegan carteles y meten papeletas en los sobres sin pedir ir en listas ni nada...". No arrancó la cerrada ovación que quizás esperaba porque no estaba en la plaza de toros. De haber desalojado los cargos públicos habrían sobrado muchos asientos.

"Solvente, honrado y creíble"

La prensa fue invitada a marcharse cuando se abrió el turno de preguntas del público. El debate fue "en la intimidad". Para evitar que cualquier opinión contra Chacón alterara el perfil de "pressing catch" con el que quieren proyectar la contienda congresual. Como un combate sin golpes. Lo más violento que se escuchó contra la aspirante fue por boca de los alartistas Luna, Bielsa y Tirado. Apuestan por Rubalcaba porque en el PSOE "no estamos para aventuras", advirtieron los dos primeros. Especialmente "ahora que la colección de derrotas ha puesto al partido al borde del abismo", agregó Luna. La diputada defendió la necesidad de liderazgo de una persona "honesta, comprometida y valiente, que dio la cara por el partido y siempre ha dicho la verdad a los ciudadanos".

Bielsa destacó la "solvencia, honradez, credibilidad y prestigio" y Luna cerró las alabanzas. "Es nuestro mejor candidato y ha llevado la bandera de la dignidad cuando ha sido políticamente perseguido por poner mecanismos contra la corrupción", subrayó.

El impulsor de la plataforma proRubalcaba rebatió los que para muchos son los dos puntos débiles del candidato: sus 60 años y sus trienios en primera línea. "La innovación no tiene que ver con gente nueva o con la edad sino con la inteligencia de ver en qué se ha fallado para cambiarlo", zanjó Luna.