El Tribunal Supremo ha condenado al Instituto Valenciano de la Exportación (IVEX) a pagarle 1,8 millones de euros al KBC Bank por el impago de unas letras de cambio que avaló su exdirector José María Tabares, que fue condenado a cinco años de prisión por estafa y que se encuentra en búsqueda y captura.

El Supremo ha estimado el recurso de la entidad financiera contra la sentencia de la Audiencia Provincial que eximió de responsabilidad al IVEX e impuso el pago a Tabares al considerar que actuó sin el conocimiento de la empresa pública.

El Tribunal Supremo ha revocado este fallo y subraya que el hecho de que el entonces director se excediese de sus funciones "no puede excluir" de responsabilidad civil al IVEX.

Para la sala de lo Civil del Supremo basta la relación objetiva de dependencia entre el ente y su director para que KBC Bank tenga la garantía de poder cobrar del IVEX en caso de que Tabares, huido de la Justicia, no le pague.

La sentencia también recuerda que el banco, aunque se personó en un pleito penal, no tuvo "oportunidad" de ejercitar su acción civil, ya que lo hizo en un juicio en el que se condenó al IVEX a pagar el importe pero que fue anulado por el Tribunal Constitucional, por lo que KBC Bank tuvo que devolver lo cobrado.

En consecuencia, el Supremo considera que dado que el banco "no cobró por causas ajenas a su voluntad y a su actuación procesal", no puede ser privado del derecho a reclamar la responsabilidad civil subsidiaria del IVEX.

En su recurso, la entidad bancaria alegaba que existe conexión entre el delito cometido por Tabares y el beneficio obtenido por el IVEX, y pedía la responsabilidad civil subsidiaria del Instituto porque Tabares cometió el delito cuando era director general de la entidad.

La Audiencia de Valencia condenó en mayo de 2005 a José María Tabares y al empresario francés Jean-Luc Lagier a cinco años de prisión por un delito continuado de falsedad. El empresario Lagier fue detenido en francia y murió en una prisión de París. Los magistrados declararon probado que Tabares y Lagier llevaron a cabo desde 1995 una operación para producir derechos de exportación que permitieran exportar a Ford vehículos a Túnez y por los que "habían causado una deuda por un importe de 3,2 millones de euros que había percibido Lagier contra una cuenta del IVEX".

La sentencia subrayó que esta y otras operaciones posteriores se realizaron "sin conocimiento ni autorización del consejo de administración ni de ningún departamento del IVEX".

Los dos condenados idearon una nueva operación en 1998 para obtener fondos y poder pagar la deuda. Confeccionaron 30 letras de cambio que no respondían a la realidad, pero que estaban avaladas por Tabares en nombre del IVEX. Tabares y Lagier presentaron a los bancos las letras con la certeza de que las pagarían por el aval del instituto público y siendo conscientes de que no se iban a abonar. José María Tabares fue destituido en 1999.

El último paradero conocido del exdirector del IVEX es Tokio. Tabares se instaló en la capital japonesa poco antes de la que la Audiencia de Valencia dictara una orden de busca y captura contra él hace cinco años.