En el año 1970, en un salón del Ateneo Mercantil de la Valencia del tardofranquismo nacía el Movimiento Democrático de Mujeres (MDM). Cuarenta años después, algunas de aquellas mujeres, las que se fueron sumando después, sus «herederas» y las que ya han nacido «bajo el espejismo de la liberación» se volvían a sentar, ayer, en el mismo lugar, para presentar Cercle Feminista, una especie de abono para la semilla que plantaron las pioneras, siguiendo el símil de Julia Sevilla (Asociación de Mujeres Progresistas).

Sentadas en círculo —como símbolo de confianza y ausencia de jerarquía—, la senadora Carmen Alborch y Amàlia Alba (Federació de Dones Progressistes) explicaron el por qué de este «espacio abierto» de encuentro, reflexión, reivindicación y —reclamaron algunas voces— acción. Se ha avanzado mucho —coincidieron— en derechos en los últimos años, pero la ley no basta si no se lleva a la práctica. «Hemos luchado mucho, pero los derechos reconocidos no garantizan nada ni las leyes te cambian la vida si no estamos vigilantes para que se cumplan», advertía Rosa Peris, exdirectora del Instituto de la Mujer.

Tras Cercle Obert hay organizaciones de mujeres, de la universidad, sindicalistas (en el acto estuvieron representados CC OO y UGT), emprendedoras y profesionales (Compromís también acudió). De momento, cuentan con un manifiesto —que recoge, igual que aquél de los 70, cuando les llamaban «rojas, lesbianas y catalanistas», la necesidad de unión de todas las mujeres para que en el terreno conquistado, y el que queda por conquistar, no haya un solo paso atrás. La crisis económica y la situación política en la Comunitat Valenciana han encendido, creen, luces rojas. Las mujeres —y hombres que se sumen a la causa— se reunirán en el Ateneo y el Rector Peset periódicamente, publicarán artículos, tendrán presencia en las redes sociales —aportación de las representantes estudiantiles— y planean un encuentro multitudinario. Pero sobre todo pretenden «crear una auténtica cultura por la igualdad, cada día, en todos los ámbitos, educativo, laboral, etc»

El suicidio de la joven marroquí obligada a casarse con su violador, la inminente huelga general, el próximo congreso de la asociación de síndrome de alienación parental en la ciudad, los estereotipos de género que los psicólogos han detectado que repiten jóvenes y adolescentes o, en positivo, el ejemplo de Islandia fueron algunos de los temas que surgieron en el primer encuentro. Cercle Feminista todavía no tiene naturaleza jurídica definida, ni financiación, pero sí —concluyó Alborch— altas dosis de «compromiso».