Los planes del jefe del Consell, Alberto Fabra, para adelgazar y reestructurar las instituciones de autogobierno y control de la Generalitat han provocado los recelos de la oposición. El PSPV, Compromís y Esquerra Unida parecen dispuestos a escuchar la propuesta del presidente, pero no a facilitar que los dos órganos que controlan su gestión (las Sindicaturas de Comptes y Greuges) salgan debilitados de esta reforma.

El secretario general del PSPV, Ximo Puig, dejó clara ayer su postura: "Que no pretenda que nosotros aplaudamos eliminar elementos de control de su acción. No se puede admitir que se debilite el estado autonómico, el autogobierno".

Cabe recordar que estos dos órganos y otras instituciones como la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), el Consell Valencià de Cultura (CVC), el Jurídic Consultiu o el CES tienen leyes reguladoras blindadas por el Estatuto que exigen una mayoría de tres quintos de las Corts para su modificación. El Consell podría reducir sus plantillas sin negociar, pero en lo relativo a cargos designados por la cámara necesitaría pactar con la oposición.

Por ejemplo, en la Sindicatura de Comptes, que analiza las cuentas de la Generalitat, hay un Síndic major y dos adjuntos. Tres nombres pactados: dos a propuesta del PP y otro del PSPV. Reducirlo a dos cargos podría ser materia de debate, pero dejar un único síndic anularía la representación a la oposición.

En cualquier caso, desde el PSPV calificaron esta idea como una "cortina de humo", un debate que es "un insulto a la inteligencia" en el contexto de una Comunitat Valenciana que está "desangrándose". Estos órganos propios de la Generalitat, con 284 personas, representan el 0,15 % del presupuesto. En este sentido, Puig pidió una reforma de la "arquitectura institucional", es decir, cambios en profundidad eliminando las diputaciones, empresas públicas, recortando salarios de altos cargos para que nadie cobre más que el jefe del Consell, o eliminar los 147 puestos que el PSPV propuso recientemente y que ahorrarían 9 millones.

En línea parecida, el portavoz de Compromís y líder del Bloc, Enric Morera, calificó a Fabra de "delegado centralista fiel" por cumplir las exigencias de Rajoy de suprimir organismos autonómicos. "Las autonomías no son las culpables de la crisis. Hay 3.500 sociedades públicas estatales y 500 fundaciones", dijo Morera. Y añadió: "Las instituciones de autogobierno ya están en los huesos". En este sentido, Morera se mostró dispuesto a aceptar "recortes", pero no a "devaluar el autogobierno".

Por su parte, el portavoz adjunto de EU en las Corts, Ignacio Blanco, adelantó un "no rotundo" a la reforma de las sindicaturas, aunque reconoce que es posible que en los órganos consultivos "sobren cargos". Y es que en entidades como el Jurídic Consultiu o el Consell Valencià de Cultura hay bastantes cargos electos o natos (el expresidente Camps, por ejemplo) llegados desde el ámbito político.

Blanco añade: "El desprestigio de las instituciones valencianas (causada por el PP) no se va a solucionar eliminando los mecanismos de autocontrol. En otras instituciones escucharemos lo que Fabra tenga que decir, pero no vamos a secundar su juego. Haremos especial hincapié en la defensa de los mecanismos de control".

Ante las críticas recibidas desde la oposición, el PP salió al paso para defender al Consell. El vicesecretario general del PPCV, César Sánchez, replicó a Ximo Puig que la defensa de las señas de identidad y la autonomía es "un pilar fundamental de la política del PP". Sin embargo, la reestructuración de estos organismos de autogobierno "se hace hoy necesaria para adaptarlos a la situación económica actual y enmarcarlos en la nueva administración más eficaz y eficiente que está implantando el presidente Alberto Fabra".

"Una reestructuración para aumentar la eficiencia de estas instituciones no supone una merma en el autogobierno", manifestó Sánchez, quien reclama a Puig que "abandone el círculo vicioso de críticas en el que ha entrado porque sólo evidencia falta de coherencia y criterio".

Piden a Rubalcaba una oposición más dura

El PSPV celebró ayer sábado una reunión de la Ejecutiva nacional en presencia de la número dos de la dirección federal, Elena Valenciano. En la reunión, en la que prácticamente no hubo referencias a la situación orgánica del partido tras unas semanas de inestabilidad, sí se escucharon algunas voces críticas con la contemporización de Rubalcaba ante Mariano Rajoy. Y pidieron a Valenciano una oposición más dura frente al Gobierno.

Antes de las intervenciones, el secretario general, Ximo Puig, realizó su análisis de la situación de la Comunitat Valenciana y del trabajo realizado en los últimos meses. Entre otras cosas, destacó la "complicidad" entre la federación valenciana y la dirección del PSOE, que se ha concretado en iniciativas como la promovida por Puig en el Congreso para una mejor financiación a la Comunitat Valenciana. j. l. g. valencia