­El historiador y mecenas valenciano Pere Maria Orts abrió ayer con una lección magistral el congreso que acoge Valencia con motivo del 600 aniversario del Compromís de Casp que elevó al trono de la Corona de Aragón a la dinastía castellana de los Trastámara tras la muerte sin descendencia legítima del rey Martí l´Humà el 31 de mayo de 1410. El largo interregno de más de dos años se cerró en la villa aragonesa de Caspe el 28 de junio de 1421 con la elección del infante Fernando de Antequera, regente de Castilla y tío por parte de padre del rey Juan II de Castilla, que entonces era menor de edad. A sus 91 años Orts sostiene que los 9 representantes de los reinos de Aragón, el principado de Cataluña y Valencia, con Sant Vicent Ferrer a la cabeza, que eligieron al infante castellano «estaban sometidos a una fuerte presión militar de las tropas de Castilla».

Así frente a los que presentan la sentencia que proclamó Sant Vicent Ferrer ante la puerta de la iglesia de Caspe en favor de los Trastámara fue un ejemplo de ecuanimidad y acierto político, Orts contrapone que Fernando «era el menos legitimado» de los seis aspirantes. Pero si al infante de Castilla no le amparaba el derecho, si tenía consigo la fuerza. «Era el aspirante más poderoso», dice Orts. «Una sentencia, por más ajustada a derecho que sea, inatacable jurídicamente necesita del poder, de la fuerza, para hacerla valer, y el laudo de Caspe tuvo en cuenta esto», señala. «El único candidato que podía hacer valer el acuerdo del Compromís si le era favorable, o impugnarlo si le era contrario, era el infante Fernando, y lo era porque podría disponer de las tropas de Castilla cuando quisiera».

Orts cuenta que cuatro meses antes del cónclave de Caspe, «tropas castellanas invadieron el Reino de Valencia por el centro y el norte, derrotando a los valencianos partidarios de otro de los aspirantes al trono, Jaume II d´Urgell. La victoria castellana en la Batalla de Morvedre el 27 de febrero de 1412 se saldó con la muerte del gobernador de Valencia y de 3.000 valencianos, y la real señera capturada y entregada al infante Fernando. Además, destacamentos castellanos se concentraron en Zaragoza «con el pretexto de defender al arzobispo», con lo que los compromisarios «estaban asediados en Caspe, y por tanto, un cierto temor si que deberían tener».

El historiador considera que los aspirantes más legitimados eran Jaume II d´Urgell y Luis III d´Anjou. «Si se planteaba que la sucesión era por línea de varón „ la ley sálica que impide reinar a las mujeres„, el heredero era el conde de Urgell, por descender de Alfons IV, El Benigne». Sin embargo, el candidato catalán, tras rebelarse ante la elección del infante castellano fue encerrado de por vida y murió en una celda del castillo de Xàtiva en 1433.

Pero, si se optaba por el derecho de primogenitura, donde las mujeres, a falta de hermanos y descendientes de éstos, podían heredar la corona y trasmitir el derecho a ella, Lluís III d´Anjou, duque de Calabria, «tenía este derecho de manera incontestable». Orts señala que el Anjou «era hijo de Violant de Aragó», infanta primogénita de Joan I, El Caçador, al que tras morir sin descendencia masculina le sucedió su hermano Martí l´Humà. Además era nieta de Pere IV El Cerimoniós. «Detrás de Lluís III d´Anjou había dos reyes y una infanta primogénita», apunta. Por contra, la madre de Fernando de Antequera, la infanta Elionor de Aragó, hija del Cerimoniós y por tanto hermana de Joan I y Martí l´Humà. «no tenía ninguna primogenitura, pues el primogénito era Joan, y el trasmitiría este derecho a su hija mayor Violant».

Sant Vicent Ferrer y el Papa Luna protagonizan un cónclave de historiadores en Valencia

El Congreso internacional «Els Valencians en el Compromís de Casp i en el Cisma d´Occident», organizado por la Institució Alfons el Magnànim (IAM), se inauguró ayer en la iglesia del convento de Santo Domingo de Valencia con la presencia del presidente de las Corts, Juan Cotino, la consellera de Cultura, Lola Johnson, la diputada de Cultura, Mª Jesús Puchalt, y el comandante militar de Valencia y Castelló, el general de brigada Eduardo Acuña.

Durante tres días, una quincena de expertos abordarán el pacto político que propició la llegada de la dinastía de los Trastámara a la Corona de Aragón en 1412 en el que jugó un papel primordial Sant Vicent Ferrer. Cotino elogió el peso del «Pare predicador» a la hora de decantar el voto de los compromisarios por el infante castellano, señalando que por eso habían elegido el antiguo convento de los dominicos de Valencia para presentar el congreso. El cónclave de historiadores también aborda el Cisma de Occidente liderado por Benedicto XIII, el Papa Luna, que desde Aviñón presiono para la designación de Fernando de Antequera como rey de Aragón.