Catorce personas nacidas entre 1940 y 1987 en una institución que se apeló benéfica y que se conoció en Valencia y en toda España como el Santo Celo presentarán hoy en el Tribunal Superior de Justicia una demanda para solicitar a la congregación de las Mercedarias de la Caridad que la regentó durante casi medio siglo el acceso a los nombres de sus madres biológicas.

Ciertas crónicas de la época llamaron a aquel edificio, que era único en España, "el del pecado mortal" porque allí se alojaban durante cinco, seis y hasta siete meses chicas embarazadas de familias pudientes que venían de cualquier punto del país para ocultar su embarazo, unos meses que se camuflaban bajo la mentira de que la niña estaba en Paris estudiando piano.

La historia de dos mil niños nacidos entre las paredes de aquel edificio -y en los paritorios de la Clínica Virgen del Consuelo desde 1972- que fueron dados en una adopción a demanda por sexo, contra el consentimiento de la madre biológica en algunos casos y en muchos otros sin su renuncia expresa, es de tinte similar a la de los nacidos en la Casa Cuna Santa Isabel de Valencia, que tras veinte años de reclamar la identidad de sus madres biológicas a la congregación de las Siervas de la Pasión, por fin esta semana han conseguido que una juez dicte un auto para que se les facilite el acceso a esta documentación prohibida.

Los afectados del Santo Celo empezaron a pensar que ellos también podían ser "niños robados" al hacerse público los primeros casos de hurto con lucro de recién nacidos.

"Fue una casa cuna un poco especial, porque las chicas ingresaban con un coste económico que corría a cargo de su familia y era más exclusivo, más oculto y con mayor celo; funcionaba a través de contactos con sacerdotes y militares y el contacto iba 'de boca en boca'", declara a Levante-EMV M. A., una afectada nacida en 1955.

A algunos, como a ella, se les hizo pasar por hijos biológicos de sus padres adoptivos, falsificando incluso la edad de nacimiento de la fingida madre biológica para que el parto encajara.

La presentación de la demanda, que ha tramitado el letrado Enrique Vila, va acompañada del profundo deseo de todos ellos de hacerse visibles, "para que nuestras madres, que no tienen ninguna posibilidad de contactar con nosotros a través de las mercedarias, puedan localizarnos", expresa M. A., que asegura que las mujeres que alumbraron en el Santo Celo, "buscan a sus hijos desesperadamente" y que a través del reclamo de internet "mamá, te busco" han logrado localizar a algunas.

Ellas se han mostrado tímidas y avergonzadas mientras que los hijos se sienten muy doloridos por el ocultismo que ha marcado su vida. Todos los intentos realizados con las mercedarias en Málaga y Granada, donde tienen sus conventos, han sido fallidos. "La falta de verdad nos hace sospechar cosas peores, porque sabemos que hay madres que no quisieron abandonar a su hijos y no les dieron opción, los padres llegaron a pactos con las monjas y las adopciones se convirtieron en un lucro para todos", expresa M. A.

Muchas de las familias adoptivas pedían expresamente un niño o una niña, a capricho. "Salíamos prontísimo del Santo Celo, a las dos horas de nacer, por si ocurría algo", agrega M. A. a quien se le abren las carnes al recordar las palabras de una mujer a la que le arrebataron el hijo, "fue espeluznante para ella".

"No llores, -le dijeron- se lo ha llevado una familia muy bien, todas se quedaron marcadísimas y con un sufrimiento espantoso".