Un refugiado que asegura ser sirio llegó ayer al puerto de Valencia a bordo de un buque mercante en el que embarcó de forma clandestina en el puerto de Gemlik-Bursa, en Turquía, el pasado 26 de diciembre. No se trata de un caso más de polizonaje. Por primera vez en al menos ocho años -según los datos de la Comissió d'Ajuda al Refugiat al País Valencià (CEAR PV)- , un polizón logra bajar del barco en Valencia y solicitar formalmente el derecho de asilo en España gracias a la asistencia jurídica que le presta el Gobierno.

El aviso del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados sobre la inminente llegada a Valencia de este refugiado -descubierto a bordo del barco- activó ayer todos los resortes de la Administración. La Subdelegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana comunicó a CEAR que iba a tramitar de oficio la solicitud de asilo y refugio en España. Así fue: una abogada del turno de oficio de la sección de extranjería asistió al refugiado, quien afirma que procede de Alepo, el corazón de la guerra civil siria, y que escapó de su país por la situación de conflicto que atraviesa.

Bajo custodia de la policía, el polizón logró bajar del barco italiano Grande Portogallo y fue conducido a dependencias policiales de la Brigada de Extranjería. Allí, asistido por la abogada de oficio -un caso excepcional en estas circunstancias, puesto que la mayoría de polizones son repatriados sin poder gozar de este derecho-, el polizón formalizó la solicitud de asilo y refugio en España. También se le tomaron las huellas dactilares y se le practicó un cuestionario para comprobar si era cierta su nacionalidad siria. Este examen, sin embargo, no pudo ser completado con éxito por causas no especificadas.

Responsables de CEAR, que ayer realizaron un seguimiento exhaustivo del caso, informaron de que el polizón sirio está a la espera de lo que decida la Oficina de Asilo y Refugio, perteneciente al Ministerio del Interior. Al tratarse de un procedimiento de urgencia, este organismo estatal dispone de cuatro días para resolver si admite a trámite la solicitud.

Si fuera así -y todo apunta a ello- el hombre quedaría en libertad, recibiría el estatuto de solicitante de asilo, tendría el permiso de residencia temporal y el derecho a vivir hasta seis meses en un centro para refugiados, el de Mislata o el de Cullera.