Una de las primeras consecuencias del abandono de la gestión pública del Teatre Talia de Valencia es la mayor dificultad para la lengua propia en los escenarios de la Generalitat. No ha habido que esperar mucho para advertir esta nueva situación: ni el Principal „sería toda una sorpresa„ ni el Rialto incluyen montaje alguno en valenciano en sus programaciones para los próximos meses (como mínimo, hasta abril).

Esta última sala ha presentado esta semana la versión contemporánea de El rey Lear, una producción propia de Teatres „ahora CulturArts„ que firma Ximo Flores. Estará hasta el 24 de febrero en cartel, pero siempre en castellano.

Fuentes del departamento público aseguran que habrá reposición en valenciano en un futuro de este título, sin concretar fecha. Como sucedió con La gaviota de Antón Chéjov dirigida por Eduardo Vasco, que en 2011 se ofreció en español y al año siguiente en la lengua autóctona. Claro que fue en el Talia, que el 1 de enero ha pasado a manos privadas.

Sin embargo, existe un paralelismo más cercano, que los responsables de Teatres „Inmaculada Gil Lázaro„ no han seguido en esta ocasión. El Rialto inauguró el ejercicio 2012 con Hamlet, producción también del Centre Teatral de la Generalitat con dirección de Ximo Flores. Entonces, la obra se pudo ver durante más de dos semanas en valenciano (del 12 al 29 de enero) para, tras un pequeño descanso, ofrecerla en castellano (del 15 de febrero al 4 de marzo del año pasado).

Además de El rey Lear, la programación de la sala del plaza del Ayuntamiento se completa este trimestre con El sueño de la razón, texto de Buero Vallejo en producción ahora de la compañía valenciana Ferroviaria Escénica. Huelga decir que será en castellano.

Que el Principal de la capital no cuente en su programación más inminente con espectáculos en lengua propia no es de extrañar. Sucede así desde 2006, cuando los catalanes Dagoll Dagom se empeñaron „hasta el punto de plantar cara públicamente a los gestores de Teatres„ con que Mar i cel pudiera representarse durante unos pocos días (dos, 7 y 8 de marzo del año citado) en valenciano.

Desde entonces, en las tablas del buque insignia de la escena local solo ha sonado el idioma de Ausiàs March en alguna representación navideña pensada para público infantil (Hola Cenerentola o La bella dorment).

El refuerzo cada vez mayor de la relación del Principal con los promotores de grandes espectáculos musicales en España hace aún más difícil la presencia del valenciano en este escenario. En los próximos meses sucederá así con Orquesta de señoritas (homenaje a los espectáculos de variedades) y La bella y la bestia.

Mientras tanto, el Talia, gestionado ahora por la familia Fayos (Olympia), ha iniciado andadura con Poder absoluto (en castellano), monólogos (también) y anuncia Lifting en febrero (igual). Con todo, la empresa aseguró su intención de programar compañías valencianas en este espacio emblemático para la profesión local.

Sala Russafa „privada„ anuncia montajes en castellano para las próximas semanas, si bien programa algún concierto (Alabajos) y espectáculos infantiles en valenciano. Ultramar tiene asimismo en cartel un texto en castellano. Eso sí, el Teatre Micalet mantiene su compromiso de ofrecer solo producciones en lengua propia.