La superficie forestal valenciana sigue creciendo a razón de 3.300 hectáreas cada año por la colonización que el pinar y el matorral hacen de las antiguas tierras agrícolas abandonadas, pero lo hace de forma desordenada añadiendo un factor de riesgo esencial en el desarrollo de grandes incendios.

La Generalitat Valenciana quiere poner orden donde ahora solo hay caos y favorecer la aparición de una economía forestal "sostenible" en las comarcas del interior. Carece de presupuesto para liderar está política aunque puede encontrar un aliado en el sector privado, muy interesado en el desarrollo de la biomasa como fuente energética para proporcional calor y, en menor medida, electricidad.

Las zonas forestales ocupan en la actualidad el 52% del territorio valenciano pero solo aportan el 0,028% del PIB regional y su explotación tiene también una incidencia nula sobre el empleo.

Alfredo González, director general del Medio Natural asegura que los montes valencianos puede aportar 426.705 m3/año de madera -hoy se extrae menos de 20.000 metros cúbicos año- y 142.626 tm /año anuales de biomasa forestal procedente de pies pequeños, ramas, copas y matorral.

Según el director general, que inauguró el I Encuentro "Sostenibilidad Agroforestal Valenciana" convocado ayer en Valencia, "la política forestal de la Generalitat ha contribuido a que ya no se discuta sobre si la biomasa es buena o mala, ya que todo el mundo asume la conveniencia de la misma. Ahora, el debate se centra en cómo hacerlo".

El Plan de Acción Territorial (Patfor) ha hecho un diagnóstico de la realidad forestal valenciana e incluye también algunas propuestas. Sin embargo, su aplicación genera dudas. Javier Esparcia, catedrático de la Universitat de Valencia y experto en Desarrollo Territorial, dijo en las jornadas que existen "instrumentos", en alusión al Patfor, "pero no si medios y voluntad" en la Administración Valenciana.

En sintonía con la Generalitat se encuentran los municipios forestales, los propietarios de montes-un 63% de la superficie forestal está en manos privadas- , organizaciones agrarias y un incipiente grupo de consultoras y empresas especializadas en la energía de la biomasa. Sin embargo, la explotación de la madera-sean árboles o biomasa residual-sigue generando enormes dudas entre las organizaciones ecologistas.

Para Carles Arnal, miembro de la Comisión Forestal de Acció Ecologista-Agró, presente en la sala, la Generalitat "impulsa un plan insostenible de explotación, que pretende una extracción masiva y no solo residual".