Varios centros abiertos de Barcelona de la Fundació Pere Tarrés que atienden a niños y jóvenes vulnerables de entre cuatro y 18 años fuera del horario escolar han detectado caries y caída de dientes por tener una nutrición insuficiente o poco adecuada, debido al aumento de la pobreza infantil. "Nos hemos encontrado con niños que sólo comen patatas chips", relató Ignasi Sagalés, director de esta entidad, y explicó que la falta de una alimentación equilibrada por motivos económicos se debe a que muchas familias comen alimentos proporcionados por entidades sociales. e. p.barcelona