Las víctimas del terrorismo valencianas volvieron a demostrar que existe el dolor que se va rápido, el que dura unos años y luego está el suyo, que es imborrable. La Asociación de Víctimas del Terrorismo de la Comunitat Valenciana (Avtcv) clamó ayer en una concentración en la plaza del Ayuntamiento de Valencia, donde se reunieron unas 400 personas según los organizadores, cien según fuentes policiales, contra el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, que fue rebautizado ayer por el presidente de la entidad, Francisco Morato, como "Tribunal de Desechos Humanos". Además, pidieron que no se aplicara la derogación de la doctrina Parot decretada por el tribunal europeo en una sentencia del pasado octubre.

En la concentración, Morato tildó al juez Fernando Grande-Marlaska, presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, de "traidor" y "verdugo". Además, conminó al tribunal a que diga si está a favor "de las víctimas o de sus asesinos". Morato explicó que las víctimas se sienten "solas e indefensas", además de "desamparadas, humilladas y vejadas".

En este sentido, Morato abogó por "cambiar algún punto" de la Ley de Enjuiciamiento Penal para que se introduzca, en el sistema español, "la cadena perpetua revisable", para evitar, según dijo, "que terroristas con 24 asesinatos a sus espaldas, como Inés del Río, salgan tras 24 años en la cárcel". "Nosotros no tenemos por qué aguantarlos todo el día, pero los compañeros del País Vasco, por desgracia sí", lamentó.

Morato destacó que, en la opinión de la entidad que preside, "el conflicto continuará hasta que no salgan todos los etarras a la calle". "Están en todas las instituciones vascas, y si les dejamos, entrarán hasta nuestras casas", sentenció.

El presidente de la Asociación de Criminólogos de la Comunitat Valenciana, Pablo Ibáñez, también acudió al acto y exigió "que el error de la aplicación retroactiva de la doctrina, que es lo que ha anulado el tribunal, no se repita", mientras que el portavoz del Sindicato de Policías Locales de la Comunitat Valenciana, Salvador Gimeno, calificó a las víctimas de "héroes anónimos en una historia de horror, terror y soledad" y lamentó que los políticos "hayan fallado". "Exigimos una derrota definitiva del terrorismo", indicó.

También intervino en el acto Rosa Folch, madre de una de las niñas de Alcàsser, que aseguró que luchaba "para que no saquen de la cárcel al criminal que hizo sufrir tanto a las tres durante toda la noche de su muerte".