El diputado socialista Rafael Rubio calificó ayer de «caza de brujas» el plan ideado por Presidencia de la Generalitat para garantizarse la confidencialidad de los contratos menores después de que Levante-EMV informara el pasado mes de mayo de la contratación de un entrenador para dar clases de liderazgo a Alberto Fabra. Presidencia encargó un informe interno en el que señalaba a las personas que habían tenido acceso al expediente y que estipulaba que a partir de ese momento sólo cuatro empleados tendrían acceso a este tipo de contratación. Rubio pidió a Fabra que no «se invente procedimientos ni intente saltarse la ley», ya que la contratación se rige por la misma normativa.

El socialista echó en cara al presidente que promueva iniciativas por la transparencia y en cambio, intente esconder los expedientes en su área y se preguntó que «está intentando tapar». Calificó de grave que muchos de los puestos de jefatura estén ocupados por libre designación y defendió que habría más garantía si fueran por concurso. Ahora bien, dijo no tener duda de la honorabilidad de los funcionarios y lamentó que sean las primeras víctimas de la «caza de brujas». Los empleados, argumentó el diputado, «no pueden ser víctimas de la guerra interna en el área de Presidencia. «Que no busquen filtraciones donde no las hay, que busquen en otro lado», señaló. El PSPV pedirá en las Corts la comparecencia del conseller de Hacienda para que dé cuenta de los manuales de actuación seguidos.

Desde la junta de personal de Servicios Centrales de la Generalitat se censuró la actuación de Presidencia y lamentó el clima enrarecido generado entre los funcionarios. Fuentes sindicales indicaron que las medidas adoptadas, además, son ineficaces ya que son miles las manos por las que pasan los expedientes y es imposible acotar su acceso, además de irregular.