Aguas contaminadas, caudales insuficientes, aguas depuradas que no resuelven sino que agravan los problemas por los nutrientes que contienen. El sistema hídrico de la Albufera no atraviesa por su mejor momento y la movilización del acuífero no ayuda, previsiblemente, a resolver está situación. Los regantes aseguran que se trata de un acuífero «muy potente» y apenas utilizado cuyo índice de recarga es muy superior a la cantidad que se pretende extraer. Sin embargo, dependiendo de la zona en la que se realicen las extracciones, puede haber un descenso notable de los caudales que afloran al cauce del Júcar y de las descargas del acuífero que mantienen vivos los «ullals» que alimentan, en parte, la Albufera. Cabe recordar que solo se tiene experiencia en un año de extracciones y no de una explotación continuada del acuífero como la que se plantea hasta alcanzar un acuerdo definitivo sobre el trasvase. Se trata de una afección no estudiada pero con un impacto negativo sobre los ecosistemas del parque natural valenciano. j.s. valencia