Varios miles de personas se manifestaron ayer por el centro de la ciudad de Valenciana para «levantar la voz» contra la ley de Seguridad ciudadana, calificada como «ley mordaza» por entender que recorta derechos consagrados en la Constitución.

Los manifestantes, convocados por una veintena de colectivos sociales y políticos, celebraron también el día internacional de los derechos de las personas migrantes con lemas como «ningún ser humano es ilegal».

La manifestación fue convocada por más de una veintena de colectivos, entre ellos Amnistía Internacional, la Campaña por el Cierre de los CIE, Valencia Acoge, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), l'Assemblea de les llibertats i contra la repressió del Micalet, iaioflautas, Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) o la Asociación Intercultural Candombe, entre otros. A lo largo de la marcha y en un ambiente festivo desfilaron colectivos de inmigrantes árabes, africanos y de diferentes países sudamericanos, algunos de ellos con grupos folclóricos que interpretaban música y bailes étnicos.

La protesta ciudadana contó también con el respaldo y presencia de partidos políticos y sindicatos como Esquerra Unida, Compromís y colectivos de Guanyem, CC OO, Intersindical Valenciana y CNT. Las principales reivindicaciones fueron expresar el rechazo a la «ley mordaza», en un intento por «frenar el estado policial y luchar por las libertades» individuales y colectivas, así como reclamar el cierre de los Centros de Internamiento para los Emigrantes (CIE).

La marcha se inició en la plaza del Ayuntamiento y siguió por las calles Lauria y Colón hasta la Delegación del Gobierno, donde coincididieron con los colectivos contra la «ley mordaza».

Desde allí, iniciaron una nueva marcha hasta el CIE de Zapadores, en el barrio de Ruzafa, «uno de los símbolos de la vulneración de los derechos y la represión de la ciudadanía», según los convocantes.

Según los colectivos convocantes, la ley mordaza pretende «legalizar las deportaciones en la frontera de las personas que huyen del hambre, la guerra o la persecución política y es una maniobra del PP para legalizar lo ilegal, ya que se plantea de espaldas a toda la legislación internacional de derechos humanos».

Entre los lemas que se pudieron escuchar durante el itinerario figuraban frases como: «ser inmigrante no es un delito», «derecho a un trabajo digno», «¿ser negro, ser pobre?», «defender la dignidad de los empobrecidos», «expoliados en el sur, perseguidos en el norte» y «Valencia será la tumba del fascismo».