El empresario José Luis Rubio, procesado en el juicio por el supuesto fraude de 4,4 millones de euros mediante facturas falsas en connivencia con sociedades como Terra Mítica, ha afirmado hoy que "para nada" era el "banquero" o el "recaudador" de la presunta trama, cuya existencia ha negado también.

Rubio, para quien la Fiscalía pide 41 años y medio de cárcel, ha declarado como acusado durante la décimo segunda jornada del juicio de Terra Mítica que se sigue en la Audiencia de Valencia, en el que hay 35 personas procesadas, entre exdirectivos del parque de Benidorm y empresarios.

José Luis Rubio era administrador de Gribal y de Desarrollo Gran Vía, que en el año 2000 facturó 394,6 millones de pesetas (61,9 millones a Depimsa; 287,6 a C3 Ingenieria y 45 a Terra Mítica), y ha explicado que en el caso del parque no firmó ningún contrato por esos trabajos, "normalmente eran verbales", ni se presentó a ningún concurso, sino que le pidieron presupuestos y se los aceptaron.

Ha admitido que "a mucha gente se le pagaba en negro", y ha reivindicado que si no tenía los trabajadores necesarios para llevar a cabo los trabajos "los buscaba y los contrataba".

Preguntado sobre el hecho de que sus precios triplicaran en algunos casos a los de otras empresas, Rubio ha indicado que desconoce lo que pedían otras empresas y que todo depende de cómo se hagan las obras, dónde y las prisas que se tenga, si bien nunca le dijeron que eran obras caras.

Ha negado que le propusieran pasar facturas por trabajos no efectuados, al tiempo que ha aseverado que todas las facturas de sus empresas obedecen a "trabajos reales", pues si no "no estarían cobradas", mientras que ha negado que tenga una cuenta bancaria en Andorra o que haya hecho transferencias o ingresos en ella.

Rubio ha indicado que sus proveedores preferían que les pagara en efectivo, como los 352,8 millones de pesetas que abonó a Mecanizaciones Hermanos Muñoz en el año 2000, y como entonces tenía "buena relación" con los bancos, a las empresas que subcontrataba o que conocía les negociaba los pagarés, porque le hacían descuento de papel.

"Yo siempre estaba en la obra, la facturación y el papeleo no lo llevaba yo", sino la secretaria de la oficina y la asesoría, ha indicado Rubio, quien a preguntas de la Fiscalía ha afirmado que desconoce por qué los ingresos de Desarrollos Gran Vía en 2000 fueron de 1.172 millones de pesetas, pero solo declararon 714, y en 2001 fueron de 1.795 pero se declararon 519.

Ha explicado que le llevó al parque Terra Mítica Antonio Moreno, al que conocía por estar casado con una prima suya, y empezó a trabajar con sus empresas.

Ha indicado que su relación con Moreno se limitaba a pagarle el alquiler de un trozo de nave industrial donde dejaba material, y a "pasarse" trabajadores para las obras.

"No había colaboración ninguna, más que de obra", ha asegurado Rubio, quien ha afirmado que "conscientemente nunca" ha engañado a la Hacienda pública y ha rechazado responder a las preguntas del abogado del Estado y al de Terra Mítica, así como al abogado de Antonio Moreno Carpio, porque ayer este no respondió a las de su abogado.

En la vista de hoy también han declarado dos hermanos de Antonio Moreno Carpio, Juan Carlos y Francisco Javier, quienes han explicado que no tienen estudios y que Antonio era el que llevaba la gestión de empresas como Red Moreno.

Juan Carlos Moreno ha admitido que alguna vez, a petición de Antonio, sacó dinero para pagar a los empleados pero era "un simple trabajador", y Francisco Javier ha señalado que figuró como administrador de Prexint Botanics porque su hermano le pidió "el favor" de que firmara.