Un peón que trabajó quince días en las obras de los accesos a Terra Mítica, procesado por el fraude de 4,4 millones de euros, admitió que accedió a figurar como administrador de la empresa Gribal (implicada en la trama), pero que no firmó factura alguna «ni en una servilleta de papel». El empleado de la construcción José Antonio Llopis, para quien el Ministerio Público reclama una pena de treinta y cinco años y dos meses de prisión, fue contratado por José Luis Rubio, al que conocía «de otros trabajos» desde «hacía unos 20 años», para la obra de acceso por carretera al parque. «Trabajé para él pero sin papeles, sin contrato. Yo solo quería trabajar». Aunque Rubio acabó nombrándolo administrador de una de las empresas que trabajaba para el parque, Gribal. «Me propuso ser gerente y administrador, aunque yo no tenía conocimientos porque solo estudié hasta tercer curso», admitió, aunque sostuvo que no cobró «nada» por ello, aunque tampoco firmó contratos, cartas, facturas o cheques. «Solo fui a firmar al notario una vez. Si está mi firma en papeles, no es la mía», explicó mientras se visionaban facturas de Gribal. «Esa no es mi firma. No me dijeron que estaban firmando en mi nombre. No firmé ni una servilleta de papel», insistió. efe/l. b. valencia