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Especie

El desahucio de las golondrinas en crisis

SEO Birdlife recuerda que es ilegal destruir nidos de especies protegidas como aviones golondrinas o vencejos, con sanciones que teóricamente van desde 5.001 a 200.000 euros

Durante la fase más insectívora de la golondrina, cada ejemplar puede comer avispas, chinches, pequeños escarabajos, moscas y mosquitos a razón de 850 insectos diarios.

Aviones, golondrinas y vencejos están cada vez más lejos de ser la imagen de la primavera que llega o el otoño que se despide. Su población se encuentra en declive permanente mientras una buena parte de los ciudadanos sigue comportándose con estas aves como si de una plaga se tratara, pese a su vulnerabilidad y a su acción beneficiosa sobre las verdaderas plagas de insectos.

SEO/Birdlife ha iniciado una campaña de ámbito nacional en defensa de estas aves y en especial de sus nidos, cuya destrucción sistemática representa uno de los factores esenciales del declive poblacional.

Según un portavoz de SEO-Birdlife, cada primavera se acumulan «las denuncias y los testimonios sobre la destrucción de cientos de nidos por todo el país».

Los nidos de golondrinas, aviones y vencejos son comunes en los edificios de ciudades y pueblos y han formado parte del paisaje tradicional. Se trata, recueda SEO/Birdlife de aves insectívoras «muy beneficiosas, grandes viajeras migratorias, apreciadas por la población e inspiradoras de poetas y artistas».

Sin embargo, este «idilio» entra las especies citadas, el paisaje y los paisanos se ha roto en los últimos años como consecuencia de la pérdida de hábitats adecuados para la nidificación y por el uso excesivo de pesticidas.

«El diseño de los edificios modernos no ayuda: carecen de lugares adecuados para nidificar mientras los edificios antiguos y las construcciones rurales caen y son sustituidos por otros donde no tienen la menor posibilidad».

En general, apenas hay rehabilitaciones de edificios históricos o monumentos que incorporen a su diseño facilidades para que estas aves nidifiquen.

Por si fuera poco, el asfaltado de las ciudades y la escasez de zonas verdes hace que la construcción de un nido por estas especies se convierta en una tarea titánica debido a la dificultad para encontrar su principal componente: el barro

A veces, cuando la golondrina intenta volver a nidificar, las nuevas colonias son destruidas «con total impunidad» mientras que en los escasos lugares donde estas especies siguen anidando, se «molesta» a las colonias, se expolian los nidos o se derriban provocando una elevada mortalidad.

En este sentido, SEO Birdlife, que declaró a las golondrinas «Ave del año 2014», recuerda que se trata de especies dotadas de protección legal que se extiende a sus nidos y a sus crías. La ley prohíbe expresamente «la destrucción y el deterioro de sus nidos», de modo que interferir en la cría alterando los pequeños cubículos que pacientemente construyen aviones golondrinas y vencejos puede considerarse una infracción «grave» sancionable con multas de 5.001 a 200.000 euros.

SEO/Birdlife advierte de la delicada situación de estas especies e invita por ello a los ciudadanos a «denunciar» a las autoridades cualquier actividad que pueda comprometer su cría. La organización ha dado un paso más colocando en su web un formulario de denuncia.

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